Dijo que el precio de los insumos para la engorda de ganado tanto porcino como vacuno, ha aumentado; puso por ejemplo que para producir un kilo de carne de cerdo tienen que invertir 40 pesos y a ellos el kilo de carne se las pagan en promedio a 42 pesos; por lo que la utilidad es mínima, lo que ha obligado a varios productores pecuarios dejar la actividad de manera definitiva en un 30 por ciento y otros a reducir sus ejemplares.
Además, que en el caso de la carne de res, debido a que continúa la restricción del consumo del hígado, siguen varios sin recibir dicho producto, lo que disminuye el valor comercial del animal al venderlo a las carnicerías o a obradores, además que otros prefieren estar adquiriendo cortes de carnes de distribuidoras que les hacen llegar carne congelada que es de menor calidad y que se desconoce si cumplen con las medidas sanitarias pertinentes para su consumo.
Otra situación que observan es que al retirar los aranceles para la importación de productos cárnicos procedentes de otros países, lo que ocasiona que sea de menor precio y lo que obliga a los carniceros locales ha sacrificar los costos de la carne que se sitúa entre los 170 y 180 pesos en el bistec de res y en el caso de la carne de cerdo entre los 120 pesos.