Después de dos años de no realizarse la Feria de San Juan del Río, este año, después de declarar que la pandemia sigue por ahí, rondando, se celebrará la feria tradicional. Esta feria data aproximadamente desde mil ochocientos noventa y uno, Melesio Alcántara logra que el entonces gobernador de Querétaro Francisco González de Cosío emitiera en el decreto número 36, el día dos de mayo establece de manera formal la feria anual. En la feria de ese año, las carreras de caballos, las bandas de música traídas desde la ciudad de México alegraban las calles, las kermeses, atendidas por damas de la sociedad sanjuanense eran de gran algarabía, así como las peleas de gallos, corridas de toros, obras de teatro que se presentaban en el Teatro Cosío (Teatro Hidalgo) después llamado Cinelandia o “El Piojito”, que precisamente fue construido para la feria, había también carros alegóricos, fuegos artificiales, tertulias musicales y poéticas, esta feria duraba diez días consecutivos.
No voy a narrar todo lo que representaba la feria en esos años, que era considerada quizá en igual de importancia que la Feria de San Marcos, de Aguascalientes. Hoy expresaré mi sentir sobre la feria que se celebra desde el dos mil tres en el centro de feria oficial sobre la carretera que va hacia Tequisquiapan. Aclaro que es mi particular punto de vista y pretendo no incomodar a nadie. ¿Para quién es la feria? ¿Para engrosar los bolsillos del municipio? Porque los Stands de feria son bastante inaccesibles, para las distribuidoras de cerveza que la venden en cantidades industriales a los jovencitos y chicas que ven una oportunidad de emborracharse sin restricción, para los que quieren engordar ante tanta comida chatarra, para los que quieren participar en la disciplina de marcha, porque hay que caminar y caminar, para los busca pleitos que se contratan de guardias y ven la oportunidad de ejercer un poder.
La feria dejó de ser representativa de lo que como ciudadana espero, cuando se instalaba en los alrededores del CECUCO, tenía más presencia sin ser un centro de feria, llegaban eventos culturales como las embajadas de diferentes países que mostraban parte de su cultura, ofrecían sus productos sin parecer un tianguis cualquiera, había algo que ha dejado de interesar a los gobiernos, eventos culturales para las personas que no somos, niños, ni jóvenes, ni tan viejos. Creo que están convencidos que la feria es para un sector de la población específico, para los adultos, con otro tipo de intereses, no hay nada.
Para empezar, se elige y se corona a una reina que solo su familia conoce, tiene que ser una señorita de la sociedad económicamente pudiente, ni pensar en chicas del pueblo, hermosas pero sin un apellido de alcurnia, sin una familia de buena clase y posición económica, esta joven, elegida como reina se le llega a ver cuándo se le coloca la corona, en algunos eventos y debut y despedida. En otros estados, para la reina de feria, se hace una convocatoria, se anotan las chicas que desean competir, se hace una selección cultural, después las seleccionadas se encargan de realizar diversos eventos, recaudar fondos, armar un proyecto que tenga un impacto en su localidad, la que obtenga más votos es coronada y todo el año de su reinado tiene que realizar actividades que den cuenta de por qué se eligió. Dentro de la ciudad se destina un espacio para eventos de cultura, se invita a embajadas, se invita a otros estados de la República a presentar su gastronomía, sus tradiciones, su artesanía.
Quizá merecemos la feria que hoy se oferta, por no alzar la voz, por no expresar que la feria debe dignificar a su ciudad, no a denigrarla. Yo, señores organizadores de la feria, quiero eventos para la gente adulta, aquella que no se sube a los juegos mecánicos, la que no va a llenarse la barriga de cerveza, a caminar y caminar sin un espacio donde descansar, a no tener que ser víctima de los desplantes y abusos de los guardias y policías que “cuidan” la seguridad, quiero ser tomada en cuenta, no quiero ir al jardín a ver a determinada cantante y ver que existe la zona VIP para la gente bien de San Juan del Río, pero sé que mi protesta se quedará en eso, nadie tomará en cuenta mis palabras, bien decían los romanos, “Al pueblo pan y circo” es lo que hay.
Escribe: Lorena Reséndiz
No voy a narrar todo lo que representaba la feria en esos años, que era considerada quizá en igual de importancia que la Feria de San Marcos, de Aguascalientes. Hoy expresaré mi sentir sobre la feria que se celebra desde el dos mil tres en el centro de feria oficial sobre la carretera que va hacia Tequisquiapan. Aclaro que es mi particular punto de vista y pretendo no incomodar a nadie. ¿Para quién es la feria? ¿Para engrosar los bolsillos del municipio? Porque los Stands de feria son bastante inaccesibles, para las distribuidoras de cerveza que la venden en cantidades industriales a los jovencitos y chicas que ven una oportunidad de emborracharse sin restricción, para los que quieren engordar ante tanta comida chatarra, para los que quieren participar en la disciplina de marcha, porque hay que caminar y caminar, para los busca pleitos que se contratan de guardias y ven la oportunidad de ejercer un poder.
La feria dejó de ser representativa de lo que como ciudadana espero, cuando se instalaba en los alrededores del CECUCO, tenía más presencia sin ser un centro de feria, llegaban eventos culturales como las embajadas de diferentes países que mostraban parte de su cultura, ofrecían sus productos sin parecer un tianguis cualquiera, había algo que ha dejado de interesar a los gobiernos, eventos culturales para las personas que no somos, niños, ni jóvenes, ni tan viejos. Creo que están convencidos que la feria es para un sector de la población específico, para los adultos, con otro tipo de intereses, no hay nada.
Para empezar, se elige y se corona a una reina que solo su familia conoce, tiene que ser una señorita de la sociedad económicamente pudiente, ni pensar en chicas del pueblo, hermosas pero sin un apellido de alcurnia, sin una familia de buena clase y posición económica, esta joven, elegida como reina se le llega a ver cuándo se le coloca la corona, en algunos eventos y debut y despedida. En otros estados, para la reina de feria, se hace una convocatoria, se anotan las chicas que desean competir, se hace una selección cultural, después las seleccionadas se encargan de realizar diversos eventos, recaudar fondos, armar un proyecto que tenga un impacto en su localidad, la que obtenga más votos es coronada y todo el año de su reinado tiene que realizar actividades que den cuenta de por qué se eligió. Dentro de la ciudad se destina un espacio para eventos de cultura, se invita a embajadas, se invita a otros estados de la República a presentar su gastronomía, sus tradiciones, su artesanía.
Quizá merecemos la feria que hoy se oferta, por no alzar la voz, por no expresar que la feria debe dignificar a su ciudad, no a denigrarla. Yo, señores organizadores de la feria, quiero eventos para la gente adulta, aquella que no se sube a los juegos mecánicos, la que no va a llenarse la barriga de cerveza, a caminar y caminar sin un espacio donde descansar, a no tener que ser víctima de los desplantes y abusos de los guardias y policías que “cuidan” la seguridad, quiero ser tomada en cuenta, no quiero ir al jardín a ver a determinada cantante y ver que existe la zona VIP para la gente bien de San Juan del Río, pero sé que mi protesta se quedará en eso, nadie tomará en cuenta mis palabras, bien decían los romanos, “Al pueblo pan y circo” es lo que hay.
Escribe: Lorena Reséndiz