Tomaba un café, mientras en un papel escribía pequeñas notas, pensamientos, historias que atrapo y las convierto en cuentos, poesías, anécdotas y frases que comparto, guardo, y disfruto. De pronto, alguien se acercó y me saludó con fingida sorpresa, al descubrir quien era, guardé mis notas y devolví el saludo, esa persona era una escritora que conocí en la ciudad de México hace un par de años, antes de la pandemia para ser exacta, se sentó en mi mesa e hizo las preguntas de rutina: ¿Cómo has estado?, ¿Qué has hecho?, ¿Sigues escribiendo? Te veo cansada, y otras linduras más. Después de tanta palabrería me mostró el libro que ha publicado, con mucho orgullo me dijo que tiene una gran editorial y que lo ha presentado en ferias de libros y que está en plataformas.
Me da mucho gusto que una escritora o escritor trascienda, creo que la envidia o la superioridad no debería existir y si alguien logra el éxito con sus libros es un triunfo para todos porque existe más literatura, más historias que leer, más poesía, más cuentos, más lectores. Preguntó si yo seguía como escritora independiente y me llenó de satisfacción decirle que sí. Escribo historias que se vuelven libros, no tengo el respaldo de una gran editorial, no tengo libros en plataformas, no he estado en ferias grandes de libros, mis libros son hermosos, quizá no tendrán una calidad de impresión que impresione a quienes los vean, pero alguien dijo “No juzgues a un libro por su portada, sino por lo que guarda dentro” Esta escritora ha sido muy soberbia en su andar por el camino de las letras, recuerdo que tuvo en sus manos el libro de una chica que iniciaba como escritora y sus comentarios hacia su libro fueron terribles, como si fuera una experta en la edición o impresión de libros, vertió críticas severas que sé, lastimaron y desanimaron a la joven.
También mis libros han sido vapuleados por su “experta” crítica literaria, sin embargo, es algo que no me afecta, sigo adelante llevando mis libros bajo el brazo, que guardan sueños, memorias, recuerdos y que comparto con quienes quieren leerlos. Me hizo una serie de recomendaciones, sugerencias, observaciones para mis libros y lo agradecí, me dejó la tarjeta de su editorial, su editor, su corrector de estilo, su publicista e ilustrador, y me invitó a un taller que estará impartiendo para navidad para los escritores que quieran aprender a escribir y hacer un libro. Sonreí y me quedé observando las tarjetas unos minutos, me sentí bien, no tengo todos los recursos que ella tiene para publicar sus obras pero tengo algo más importante, varios libros en mi haber, dos libros de cuentos, dos poemarios, una novela, tres colaboraciones en una antología llamada “Infinito de palabras, recientemente una colaboración con la Red de Escritoras de Michoacán, he sido nombrada Embajadora de la palabra escrita en español para México y el mundo por la fundación española César Egido Serrano, reconocimientos en Chile, Perú y Venezuela, reconocimientos de otros estados de la república y mis libros se han vendido, no como pan caliente porque ya sería millonaria, pero los he llevado a muchas personas y me han recomendado, me reconocen y esa es la más grande satisfacción para un escritor.
Se preguntarán el ¿Por qué? de este escrito tan inusual. Escribo pensando en aquellas personas que han querido escribir un libro y que no se han atrevido, he escuchado que piensan que es muy difícil, que no se puede, que a lo mejor nunca venderán uno de sus libros, que a nadie le interesa leer las memorias, los recuerdos ahí guardados y me han contado verdaderas historias que merecen ver la luz. En mis presentaciones se han acercado jóvenes, niños, personas adultas que me han compartido escritos en servilletas, papeles amarillentos, poemas de una belleza incomparable, escritos y relatos de personajes importantes, anécdotas familiares, pasajes de la vida de las familias que podrían convertirse en un Best seller. En verdad, invito a quien tiene el gusto por escribir no se desanime por las críticas negativas, por escuchar a quien dice “no se puede”, ¿Tú, escritor? Dedícate a otra cosa, te morirás de hambre, “no eres escritor” escritores Octavio Paz, Carlos Fuentes, no te compares, y así, muchas palabras que no aportan y desaniman. Si te gusta escribir, escribe, no guardes esas historias que quieren salir, si se puede si te lo propones.
Agradezco a esta escritora su plática, me hizo analizar lo importante que es creer en mí, seguir adelante, quizá a ella no le guste lo que escribo, yo si le compraré su libro, no para criticarlo, sino para conocer que expresa, que guarda, que quiso compartir en esa historia, y cuando vea a alguien, jamás le preguntaré cosas que no me incumben, no le diré si la veo más vieja, más cansada, más gorda, eso es algo que no me están preguntando, si no tienes nada agradable que decirle a alguien mejor saluda sin fingida preocupación o alegría y sigue tu camino.
Así que si quieres escribir un libro, ¡Escríbelo!
Escribe: Lorena Reséndiz