No cabe duda que para vergüenzas no ganamos, nuevamente la selección mexicana de futbol hace un pésimo papel en un mundial. Es cierto, no sé mucho de futbol, sin embargo, hablaré un poco esta vez de la historia de México en los eventos mundialistas. Nuestro país ha disputado diecisiete veces el mundial, en Uruguay 1930, quedó en el lugar trece de trece, en Brasil 1950 quedó en el lugar doce de trece, en Suiza 1954 lugar trece de catorce, en Suecia 1958 lugar dieciséis de dieciséis, Chile 1962, lugar once de dieciséis, Inglaterra 1966 lugar doce de dieciséis, MÉXICO 1970 lugar seis de dieciséis, llegando a cuartos de final.
Argentina 1978 lugar dieciséis de dieciséis, MÉXICO 1986, lugar seis de veinticuatro, llegando a cuartos de final, USA 1994, lugar trece de veinticuatro, llegó a octavos de final, Francia 1998, lugar trece de treinta y dos llegó a octavos de final, Corea- Japón 2002 lugar once de treinta y dos, llegó a octavos de final, Alemania 2006, lugar quince de dieciséis, llegó a octavos de final, Sudáfrica 2010 lugar catorce de treinta y dos, llegó a octavos de final, Brasil 2014 lugar diez de treinta y dos, Rusia 2018 lugar doce de treinta y dos y finalmente en Qatar 2022 también le llega la cuarta transformación a la “flamante selección nacional” y no llega al cuarto partido, se quedó en la fase de grupos, algo que no ocurría desde mil novecientos setenta y ocho. No logró ni siquiera calificar.
Era un fracaso anunciado, los jugadores mexicanos no tienen hambre de triunfo, ganan unas cantidades estratosféricas y los fracasos siguen, si les exigieran como ganan quizá y quizás podrían hablar de otros resultados. El mejor resultado que México ha tenido fue precisamente como anfitrión en 1986, llegando a cuartos de final, fallando con Alemania en penaltis. Han llamado la maldición del quinto partido, le llamaría más bien el conformismo de quedar de panzazo. No cabe duda que el negocio del futbol es eso, una gran máquina de poder, dinero y ambiciones, negocio redondo, ahora no se juega por pasión, ni por amor al futbol, es un gran negocio, solo eso, en manos de unos cuantos. Simplemente la selección mexicana a través de la Federación mexicana de futbol, se embolsará la nada despreciable cantidad de nueve millones de dólares solo por asistir.
Gerardo Daniel Martino Capliglioni, alias “Tata Martino” ex jugador argentino que era el director técnico de la selección mexicana, era el mejor pagado, se embolsó dos millones novecientos setenta y nueve mil dólares por hacer el ridículo, bastante caro ¿No creen? En mi opinión personal ¿Por qué si la selección mexicana es de México tiene que dirigirla un extranjero? ¿Será que en nuestro país no hay exfutbolistas que demuestren que sí saben dirigir a la selección? Ni bajando a San Judas Tadeo, mandas, promesas, oraciones y veladoras hicieron el “milagro” que esperaba la mayoría de los mexicanos, un poco más de la selección, pero se quedó atorado en los pies de otros futbolistas que seguirán su paso por este mundial.
El presidente de la República felicitó a la selección por su esfuerzo y representación de México en el mundial, no daba crédito a esa nota, ¿Felicitar el fracaso, la vergüenza? Ahora sí creo que estamos mal. No es posible enviar a un grupo de ineptos a viajar gastando un dineral, cuando en el país tenemos gente en la miseria, cuando esa cantidad que se gastó se podía aprovechar en medicamentos, equipar escuelas, que buena falta nos hace. ¿Quién es el culpable? Buena pregunta, la bolita va de un lado a otro, nadie sabe, nadie supo, lo cierto es que los futbolistas ya se fueron a turistear, perdón, a trabajar, regresarán sin pena ni gloria, pensando quizá en el próximo mundial, otros se estarán apuntando para dirigir a la futura selección que irá a representarnos en el máximo encuentro deportivo.
Así que para no desentonar con lo que pasa en el país, la selección mexicana, se une a la cuarta transformación. Se transformó en el equipo que mínimo llegó a octavos de final, en esta ocasión ni siquiera superó la fase de grupos.
Escribe Lorena Reséndiz
