Este cine fue un refugio imaginativo a mis tardes de infancia, adolescencia y juventud. Antes glorioso centro de vida y diversión, en las ya lejanas “ permanencias voluntarias “: dos y hasta tres películas por el mismo boleto: cintas como “ El Padrino “. “ Tiburón “, “ Terremoto “, “ El Ladrón de Bagdad “, “ Perro Mundo “, “ Alien ·, “ Star Wars “, “ La casa que arde de noche “, “ Tintorera “, “ El Chanfle “ ( para la que había una gran fila para entrar ), películas del Santo, Capulina, vampiros, Sandokan, el tigre de la Malasia “, “ Mahoma “, “ Espartaco “ , cine francés, “ El Exorcista ( que causó mucha expectación y comentarios ),westerns de Sartana y Sergio Leone, “ Ese oscuro objeto del deseo “ de Buñuel(la cual programaron en un viernes de cintas XXX ), Los Albañiles, “ El Conde de Montecristo “, blockbusters ( éxitos del verano ), cine de ficheras y otras que escapan de mi red cinéfila.
Recordamos con afecto a las proyeccionistas Trini y Vicente ( en esa época se les llamaba cácaros ), hermanos cuyo oficio era proyectar fotogramas en una pantalla; también estaba la señora Lucila Flores atendiendo amablemente la taquilla ( de forma hexagonal en medio de la sala de recepción ), la recoge boletos y dulcera Rosita Ocampo, quién mutilaba el boleto regresándonos solo la mitad y depositando la otra en una urna.
Recuerdo que en algunas esquinas estaban incrustados a la pared unos rectángulos de metal en cuya parte superior estaba la infaltable rúbrica CINELANDIA Y dónde se pegaban con engrudo los carteles promocionales de las películas de estreno para no lastimar las paredes; también se regalaban volantes en las calles para dar a conocer la cartelera, aparte de los anuncios en el periódico. Recordemos que este cine de la cadena Ramírez llamado cariñosamente “ Piojito “ fungía también como teatro y para graduaciones escolares, eventos artísticos y presentación de artistas como Chabelo, Isela Vega, Vitola, magos, escapistas y hasta luchadores, también había matinés por las mañanas las cuales se llenaban de niños.
A partir de los años cuarentas se destruyó el teatro( que databa de 1821 ) que ocupaba el terreno que posteriormente sería este Cinelandia. Con el paso del tiempo fue decayendo, cada vez había menos público, el cual emigró a los cinemas Gemelos, más pequeños pero modernizados y más cómodos; al final se sostenía con películas XXX, pero con la llegada de las videocaseteras ya no fueron necesarias estas funciones antes llenas y el cine cerró dando lugar a una huelga que duró cerca de veinte años y las instalaciones se fueron cayendo a pedazos y llenándose de alimañas y en la parte superior era una guarida de palomas, hasta que fue derruido para construir un estacionamiento.
Algunas anécdotas que recuerdo haber escuchado sobre este cine: un joven cortó la pantalla con una navaja nomás por gandalla y cuando estaba de moda la película “ Tiburón “ todos queríamos verla, los preparatorianos decidieron traerla para recabar fondos pero al no conseguirla pusieron un churro llamado “ Tiburón Maco “ poniendo en la publicidad y boletos la palabra Tiburón en letras grandes y en pequeñas la palabra Maco cayendo muchos incautos que luego reclamaron su dinero, pues el escualo presentado era mas bueno que el pan y no devoraba gente; posteriormente llegó la cinta original y se llenó el cine. También recuerdo a los que llegaban tarde a la función gritando: “ ¡ Ya llegué, ca . . .nijos ¡ “ escondidos en el anonimato de la oscuridad o el famoso “¡ Cácaro, ya suelta a la dulcera ¡ “ cuando fallaba la proyección. Que tiempos aquellos…
Escribe: Fernando Roque Soto
