jueves, noviembre 21, 2024

EL JICOTE…  LA METIDA DE PATA TÉCNICA

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Si las majaderías me las hubiera dicho en un medio de comunicación se hubiera escuchado un silbido de censura prolongado, a tal punto que algún escucha hubiera pensado que su aparato electrónico se había quedado atorado. No las menciono porque en medio de ese diluvio insultos alguno se me pudiera aplicar y mejor no me arriesgo. Las ofensas eran de un simpatizante de López Obrador, de al virtual Presidenta electa, Caudilla o Tllatoana y por supuesto de Morena, ¿La causa? Estaba sulfurado por mis críticas al proyecto de Reforma Judicial.

No obstante, hubo una denuncia en la que reconozco tiene razón. Afirmó, palabras más palabras menos, que yo había escrito que en la batea de babas del proyecto de Reforma Judicial había también una baba en el aspecto técnico, pero que en el texto no aportaba ninguna prueba. Confirmo, tiene razón y creo que la mejor forma de disculparme es ofrecer las pruebas que omití.

El ministro en retiro, José Ramón Cossío, sostiene que la elección es simple y llanamente imposible de realizarse en términos prácticos y materiales. Habría que instalar, sólo para el primer circuito federal casillas con más de 580 urnas, igual número de papeletas que contendrían los nombres de los propuestos y que tendrían que ser llenadas por cada elector y colocarlas en sus respectivas urnas electorales. Cumplir con el proyecto presidencial significaría someter al voto popular mil 688 cargos, 21 serían votados en todo el país, el resto se dividirían por Estados.

El Presidente ante todo obstáculo, responde agregando otra baba a la batea. En una “Mañanera” explicó  la designación de los once ministros de la Corte que se votarían en todo el país. Como candidatos, calculó que se registrarían treinta por cada especialidad; el votante tendría 330 opciones. Primera ingenuidad o perversión, considerar que la gente conoce el perfil de los candidatos, si ni siquiera conoce el nombre de los candidatos a todos los cargos de representación popular. Segunda tontería, darle a cada votante una lista de 330 candidatos, nada más para la Corte. Me imagino que no sería una boleta, sino una carpeta; cada elector debe dedicar un día completo para ir a votar.

La presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei, totalmente subordinada al Presidente, hasta ella manifestó los graves inconvenientes. Dijo que someter al voto popular la elección de jueces, magistrados y ministros requeriría “un presupuesto semejante al de una elección presidencial”; aproximadamente cuatro mil millones de pesos. Agregó algunas de las dificultades técnico operativas, entre otras la duración de las campañas y muchos otros problemas.

Cuando el Presidente se siente abrumado hasta por las contrariedades que le plantean sus mismos incondicionales, a la batea de babas no le agrega una baba más, sino una cubetada. Adoptando a Celia Cruz como ideóloga: “La vida es una tómbola, tom, tom, tómbola”. Propuso que la elección del Poder Judicial operaría sacando los nombres de los participantes depositados en una tómbola.

Semejante propuesta ya pone en duda la salud mental del Presidente, de seguir así, pronto va a recomendar que la elección popular de los miembros del Poder Judicial, se inscriba en “Caliente” y en “Pronósticos deportivos” ; que la mano, no muy inocente de Arturo Zaldívar, saque los nombres. Parte de las apuestas servirán para financiar la elección y dar un premio de consolación, como a las corcholatas perdedoras, a los participantes que no ganaron. Del Presidente ya no me extraña ninguna ocurrencia.

Muy estimado lector, espero que haya dado respuesta sobre mi objeción técnica a la propuesta Presidencial. El Proyecto, eso es lo más grave, es apoyado por la virtual Presidenta electa, Caudilla o Tlatoana y por Morena. Si las trabas de aplicación de la citada iniciativa le parecen dignas de tomarse en cuenta, respetuosamente le solicito me borre, al menos, una majadería de la mastodóntica lista que me asestó. Le confieso una cosa, al escucharlo, pensaba que si no sería posible organizar una convivencia política plural, tolerante y sin majaderías.

Escribe: Edmundo González Llaca

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