Qué fácil sería la vida si todos contáramos con un manual de instrucciones, ¡Pero no!, Al llegar a este universo estamos totalmente desprotegidos, dependemos totalmente de otro ser para sobrevivir. Cada ser humano se convierte en ensayo y error, conejillo de indias. A mi abuela y sus generaciones pasadas, nadie les dio un manual de cómo sobrevivir a las vicisitudes de su tiempo, algunas de las mujeres de mi historia fueron adelantadas a su época, de parte de mi linaje materno tuve una bisabuela que vivió 115 años, española, que llegó a México en una etapa en la cual las mujeres, sabían obedecer, callar y parir hijos, no tenían voz, ni voto, sin embargo esta mujer no solo se atrevió a escoger el marido con el cuál quería compartir su cama, su cuerpo, su vida, sino que fuera también el padre de sus hijas, decidió ser diferente en su pensamiento, en su actuar y en su la manera de vivir la vida que ella eligió vivir, fue señalada, criticada, pero eso no la detuvo, siempre hizo lo que consideró correcto, tan así de segura, que envejeció con dignidad y se fue de este universo, cuando se le dio la gana.
Los instructivos pocas veces los entendemos y seguimos al pie de la letra, sobre todo nosotras, las mujeres, muy dadas a realizar las cosas por intuición, por seguridad de saber hacer lo correcto, esto, obviamente nos lleva a cometer errores garrafales. Si tuviésemos un manual de instrucciones cuando nos enamoramos, quizá no meteríamos tanto la pata a la hora de poner los ojos en el hombre equivocado, así, no existirían los sapos convertidos en príncipes azules, los amores imposibles, los prohibidos, los amores fallidos, aquellos que dejamos ir por miedo, por orgullo, por no amarlos, o bien, aquellos a los cuáles nos aferramos por capricho, por no desconocer lo que ofrecen, por cerrar los ojos y no ver la realidad.
La vida cambia, sin que nos demos cuenta el instructivo, nos da una maravillosa oportunidad de reconstruirnos las veces que sea, si sufrimos pérdidas, aunque deseemos morir por el dolor, no morimos, seguimos adelante, secamos el llanto y de pronto, volvemos a sonreír, a amar, a tener ilusiones, decepciones, enojos, caemos, nos levantamos, rompemos el instructivo y seguimos adelante, hacemos otro, sin sentirlo y tratamos de seguir las indicaciones correctas, algunas veces alteramos el orden y nos quejamos de los resultados.
Resulta interesante analizar que todo lo que ocurre en nuestra vida, sucede en un día, ¡Sí, en un solo día! Analicemos, un buen día ocurre que te piden el divorcio, te mueres, nacen, te casas, estrenas, te titulas, te conviertes en madre, huérfana, en viuda, en esposa, en abandonada, en profesionista, dejas el trabajo, inicias uno nuevo, te enamoras, te decepcionas, cada día es una existencia en miniatura, por ello, un manual de instrucciones ya no sé si sería adecuado. Somos resultado de la improvisación, cometemos grandes errores como seres humanos, los venimos arrastrando de generaciones pasadas, aun teniendo la oportunidad de elegir otro camino, no lo hacemos, tenemos patrones de conducta heredados, nos parecemos a la familia, nos etiquetan, así tenemos la oveja negra, la sufrida, la callada, la chismosa, la innombrable, la rica, la pobre, la santa, la loca, la quedada, la juntada, la bien casada, la capilla, la catedral, la fina, la corriente, la bonita, la fea, la maniática, la tonta, la lista, y la lista es interminable, quizá si todas tuviésemos un buen instructivo, estas particularidades se cambiarían, lo más certero es que no, no es posible cambiar las ideas con solo un manual de instrucciones.
Si pudiera hacer un instructivo para entender a los demás sería así:
1.- Observe con atención a su semejante
2.- Trátelo con cuidado
3.- Muestre respeto, aun cuando sea distinto
3.- Escuche lo que dice
4.- Aléjese si no es la persona correcta
5.- Brinde siempre la mejor versión de usted
6.- Sea educado en todo momento
7.- Antes de criticar, revise si usted no tiene cola que le pisen
8.- Si no es de usted el problema, haga caso omiso
9.- Si tiene sueños, metas y ganas de brillar, ayúdele a lograrlos
10.- Considérese la persona más importante de este planeta, por lo tanto, trátese con amor, respeto, ética y ámese como quiera que le amen
Maestra Lorena Reséndiz
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