Con el 1er Banco del Agua en Querétaro, se ha planteado una estrategia que minimice los riesgos de las inundaciones en las zonas urbanas y conurbadas
El Primer Banco del Agua que estamos proponiendo en la historia de Querétaro, integrará recursos financieros de infraestructura hidráulica para tener agua disponible y evitar que las lluvias sigan provocando inundaciones en nuestras colonias y comunidades privilegiando la conservación de zonas de recarga, arroyos, bordos, presas y la retención de las aguas superficiales.
Así lo aseguró el Diputado Ricardo Astudillo Suárez, quien afirmó que para disminuir el riesgo de daños, se deben enfrentar las causas de las inundaciones, por ello es primordial la conservación de las partes altas de las cuencas que contribuyan a la retención y regulación del escurrimiento, a la disminución del riesgo de deslizamientos de tierra, la protección de suelos, flora, fauna y sobre todo, la infiltración de agua y la regulación estricta de los cambios de uso de suelo.
Reiteró que con este primer Banco del Agua en Querétaro, se ha planteado una estrategia que minimice los riesgos de las inundaciones en las zonas urbanas y conurbadas, además de asegurar el suministro de agua en los próximos años, etiquetando en la ley de ingresos un peso por cada metro cúbico de consumo y que el estado aporte la misma cantidad, buscando además que la federación también participe de forma tripartita.
Precisó que el Banco del Agua se apuesta por reutilizar el agua y tener mayor disponibilidad mediante su tratamiento, rehabilitando y construyendo plantas tratadoras. Resaltó que desde este Banco se dotarán del servicio a las colonias y comunidades de nuestra entidad.
Por otra parte, expuso que de manera paralela se legislará para que, como parte del procedimiento de evaluación de impacto ambiental, los estudios hidrológicos que se presentan a la Comisión Estatal de Infraestructura y a la Secretaría de Desarrollo Sustentable previo al inicio de una obra de competencia estatal sea pública o privada, se elaboren para periodos de retorno mínimos de 50 años y no de 20.
Esto con el propósito de disminuir el riesgo de inundaciones al proyectar obras de infraestructura hidráulica basadas en la ocurrencia de las lluvias máximas esperadas en 50 años y no en 20, es decir, adaptarnos al cambio climático al planear con una visión de futuro mediante la adopción de una política preventiva más que reactiva.
Tener agua disponible y evitar que sigan ocurriendo inundaciones en nuestras colonias y comunidades es posible a partir de invertir en ello recursos que provengan del Banco del Agua así como mejorando el marco legal ambiental vigente, tarea principal de nosotros los legisladores, concluyó.