René Avilés Fabila (1940-2016) inicio su carrera de escritor en los años sesenta, lo relacionaban con una corriente literaria llamada “De la onda” junto a José Agustín, Gustavo Sainz y Parménides García Saldaña, jóvenes que escribían para jóvenes, tocando los temas de ese momento que eran el sexo, las drogas y el rock and roll, los problemas de la juventud en esa época. En 1967 publicó un libro llamado “Los Juegos” en el cual se burla de la mafia literaria y que estaba encabezada por Fernando Benítez, y que continuaría nuestro primer nobel de literatura, Octavio Paz. Tras la publicación de ese libro, fue odiado por toda esa gente intelectual, Paz nunca lo perdonó, aunque Carlos Fuentes pudo vengarse con el paso del tiempo. Cuando René visita San Juan del Río en 2015 tuve la fortuna de poder entrevistarlo y nos habló al respecto, les comparto un fragmento de esa visita, agradezco al colectivo “Cuando vuelvan los dragones” de haber invitado al escritor antes mencionado.
Paz el rencoroso Hay una editorial que quiere publicar mis obras, pero escogidas por mí, la de “Los Juegos” la dejaría, la leo otra vez y me da mucha risa, a los que no ofendí, pues fueron mis maestros Revueltas, Rulfo, Arreola, me agradecieron que publicara el libro. Octavio Paz nunca me perdonó hasta su muerte, pero fue doble, tampoco lo hizo viuda, porque nunca fui de los mayordomos de Paz, incluso el escribió un artículo largo en “La Jornada”, donde aparecía criticado, donde jugaba Paz jugaba con mis apellidos: “René quiso ser a vil es, y solo logró ser vil es” José Agustín me regaló un libro y adentro había un pedazo de papel higiénico, con un poema dedicado a mí del premio nobel de literatura de 1990, se llamaba romance y terminaba diciendo, “René Avilés aunque pensando no da una, bebiendo avil es”, reproduje el poema y le dije: -“Maestro Octavio Paz, usted acaba de ganar el premio de literatura, le ruego se esmere más, este chiste obvio es el que siempre me hacen”- entonces Paz se ha de haber indignado, escribió otro, donde me dice que yo era Bebe Avilés tequila, le dije -Ese esta mejor querido poeta , sólo tiene un problema, yo no bebo tequila, yo bebo whiskey, y a ver como hace la rima- y bueno, nunca me lo perdono tampoco, yo no creo haber dicho muchas cosas malas de él, era muy rencoroso, alguna vez coincidíamos en la cámara de diputados, solo me miraba con cierto odio o agresión, si sus miradas fueran puñales, me hubiera matado. Hace poco me invitaron a una exposición, cuando me vio entrar la viuda de Paz, dijo- Ahí viene ese avil es-, y ya que le digo a la señora que aparte habla un pésimo castellano, yo creo que siempre hablaban en francés, un amigo me dijo -cuando te mueras, puedes poner en tu lápida lo que te escribió Paz, un premio nobel de literatura, y dije, pues yo creo que sí, debo hacerlo. Felipe Cabello Zúñiga
- Advertisement -