Buenos días, estimad@s lector@s. Buen miércoles éste que nos permite reunirnos en un renglón y encontrarnos celebrando la vida. El que para nada debe estar entusiasmado por estar un día más en este mundo es Jaime Rodríguez Calderón (El Bronco), exmandatario de Nuevo León que entre bromas y veras le dijo a los legisladores de su estado que “por favor” a él no lo anduvieran buscando, “yo me entrego solo”. Y ni tiempo le dieron. Fue notificado y detenido en un camino polvoso en el municipio de General Terán, justo 4 años después de que fuera denunciado por desvío de fondos con fines electorales, delito que presuntamente fue cometido durante su campaña “presidencial” de 2018. El acusador era entonces senador; se trata de Samuel García, actual gobernados por Nuevo León, quien debe estar muy contento por haber cumplido su promesa de encarcelar a los corruptos. ¿Quién le iba a decir a El Bronco, sobreviviente a dos ataques del narco siendo alcalde, que iba caer como bajaban a los gángsters en EEUU?
Según mi abuelita, El Bronco pudo haber evitado todo este problema si hubiera contratado a un ejército de desocupados, les hubiera puesto un chaleco de color solferino y hubieran salido a las calles bautizados como “legos de la ciudadanía”. La abuela pretende que el “hubiera” arregla todo. De haber sabido, el ahora detenido no habría aspirado a seguir en el poder, y menos a contratar a 541 funcionarios bajo sueldo del erario (más propinas) para recabar los dos millones de firmas que a él le hacían falta para su registro ante el INE. Ni qué decirle, estimado lector, que dichas firmas tuvieron más fallas que las recabadas para el juicio a los expresidentes. Y es que da flojera: ¿Quién junta dos millones de datos sin hacer chapuza?
Total, que Jaime Rodríguez siempre fue polémico y hasta caricaturizable por sus hechos y dichos. Militó 30 años en el PRI y para borrar ese pasado se autonombró dinosaurio, que no prinosaurio. Se elevó a la gubernatura echándole tierra a los candidatos de PRI y PAN, se autonombró candidato independiente y así cosechó los votos que le hacían falta para llegar a la silla gubernamental. Pero el poder, cosido con el dinero que se maneja a esos niveles hacen una mezcla peligrosa para esos hombres que se dicen venidos del arduo trabajo, de familia humilde, pero que en realidad han visto en la política una escala para cambiar su destino. Este hombre llevaba su vida entera de cargo en cargo y eso no lo vemos a la hora de ir a votar. Pareciera que los mexicanos nada más nacimos con orejas, pero sin ojos. ¿Por qué creemos todo lo que nos dicen, sea cierto o se trate de “otros datos”? En fin…
Se dice que ese delito de desvío de fondos es sólo el parapeto para tenerlo bajo las rejas en el penal de Apodaca 2, bajo el número 10634. Hasta donde sé los delitos electorales son materia federal; entonces, qué hace Rodríguez Calderón en un penal neoleonense? Si no integraron bien las carpetas de investigación, muy pronto El Bronco podría salir en libertad. Lo malo (para él) es que le tienen guardado un buen folio en contra por corrupción. Se rumorea que dejó a amigos, parientes y compadres muy bien abastecidos. Y ése y no otro es el coraje de Samuel; el beneficio de este joven gobernador es que ya se mira en el espejo del 2024.
El Bronco, nada tonto, eligió al abogado Víctor Olea como defensor. Por primera declaración aseveró que el delito por el que se le acusó no amerita prisión preventiva oficiosa, pues se trata de delitos electorales. El segundo punto es que su cliente nunca fue llamado a declarar dentro del proceso penal que, obvio, tiene sus pasos. Tercera, afectaron la dignidad de su cliente por las fotos que se difundieron en las redes y los medios de comunicación. Y tal vez sí, opina mi abuelita, El Chapo siempre salía muy propio con su sombrerito para el frío y con un muy buen abrigo; vaya, sabía posar. No que el pobre Bronco dentro de la celda se miraba fatal en camiseta; así, cualquiera suelta la panza… y así se siguió mi abuelita hasta que le informé que el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió en la mañanera que la “ley no debe ser utilizada como instrumento de venganza”. Total, que el defensor, Víctor Olea asegura que hoy a las 4 pm, después de la audiencia de esta tarde, su cliente debe quedar libre.
Mi abuelita está feliz con esta declaración del presidente, porque dice que ahora sí quedarán libres Alejandra Cuevas y Laura Morán, porque una cosa es el rencor de Gertz y otro la LEY.
Escribe Guadalupe Elizalde Gallegos
