LA PRISA IDIOTIZA, CORREMOS ANTES DE CAMINAR, GRITAMOS PARA QUE NOS ESCUCHEN; GOLPEAMOS PARA QUE NOS RESPETEN. ODIAMOS POR CREERNOS SUPERIORES. Esta época de transición nos muestra una humanidad confundida, invadida por la inseguridad, por la falta de respuestas tanto espirituales como científicas, pasando por una crisis civilizatoria que se estanca, no avanza por el simple hecho que todo se hace con prisa, pero si no sabemos a dónde vamos, nunca llegaremos a las respuestas más viables para la conquista de nuestra tranquilidad que es el objetivo final que todas las filosofías buscan, pero la realidad nos impide su conclusión, y cada vez nos encontramos lejos de lograr por lo menos acercarnos a un sitio donde nos podamos dar el Lujo de pensar. En estos tiempos de salvaje competencia, dónde la disputa por el poder no tiene reglas claras, dónde la ética es letra muerta, un estorbo para lograr los objetivos que nos impone un sistema locuaz, dónde la acumulación por medio de trampas, de engañifas y crueldad. No importa el saldo negativo, lo importante es lograr llegar a la cima a toda costa, sin importar el mínimo costo. Sabemos que no es un buen sistema, pero…no hay de otra, hay que correr tras el éxito, así fundamenta su éxito este sistema sin base ética, humana. Cuando la espiritualidad es un producto más de consumo ligero, cuando ser solidario y respetuoso puede meterte en la senda de los perdedores, el escrúpulo se lanza a la basura de la civilización y debes construir tu historia acompañado de un asesor de imagen, dónde te disfraces de lo que nunca podrás ser, para convertirte en lo que solo podrás parecer. Parecer más que ser, es el nuevo dilema, redituable, costeable, pero… a que costo, no lo duden ya lo estamos viviendo. Es cuestión de ver en los “mass media”, en las “redes sociales”, es puro vacío, pura frivolidad, todo es un resultado de una falta de costumbre del pensar, ante tanta presión de la rápida respuesta, no nos damos tiempo para disfrutar del lujo de pensar. Así, sin dedicar tiempo al pensamiento crítico, lo que menos tendremos es un debate lucido, respetuoso, constructivo, todo será inútil si seguimos en ese camino. El debate chatarra, no nos nutre, al contrario, es la causa de la proliferación de las noticias falsas, y lo tendencioso que se ha convertido el mundo de los medios de comunicación, que aprovechan la falta de seriedad, respeto y objetividad, y hace pasar su “opiniones” como la “realidad”, nada más alejado de eso. El lujo de pensar, es el lujo más brillante que le otorga al ser humano una personalidad única que otorga el mejor camino al respeto sincero. Hay que darnos ese lujo, nada nos cuesta, empecemos por sincerarnos, ese es el primer paso.
Escribe Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
