viernes, abril 26, 2024

¿Cómo duermen las madres? #VerdadesqueacomodaneincomodandeLorena

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Se acerca un diez de mayo más, aún con el cuidado y el consabido uso del cubre bocas, el comercio a anuncia que este día está en vísperas de celebrarse, por doquier se ven los regalos que habrán de ser adquiridos para festejar al ser que nos dio la vida, encontramos desde los más sencillos, hasta los más ostentosos que no se observan en la calle, ni en los mercados, los vemos por la televisión y lanzamos un suspiro, imaginando cuál será el regalo que recibiremos de los hijos. Esta vez no quiero enfatizar en los obsequios, quiero pensar en ¿Cómo duermen las madres la noche previa al día más importante en que se les recuerda? Seguramente algunas madres pasarán la noche en el hospital, aquejadas por una enfermedad, otras exhalarán su último suspiro, otras más serán quienes sean testigos del dolor, de la muerte, del sufrimiento de otra madre como ellas. Otras madres estarán tras los barrotes de una celda, pagando una culpa, un crimen, un error, una injusticia. Habrá madres que estarán pariendo un hijo, por primera vez sabrán lo que es esa palabra, otras, parirán por enésima vez. Otras madres estarán velando a un ser querido, derramando lágrimas en vez de derramar risas Muchas madres, en este país, estarán orando por el hijo ausente, por la hija desaparecida, por la que no volvió, por aquella que escogió el camino equivocado, por el hijo que se fue y la olvidó, por el que está en prisión, por el que perdió la vida, la salud, la felicidad, la cordura. Madres que están en un asilo, olvidadas por aquellos a quienes regaló la vida, madres que no merecían ese título también se cuentan, muchas estarán esperando oír esa palabra “Mamá”. Otras madres, no dormirán esperando a los ausentes, con el miedo de la guerra, con el hambre gritando en sus entrañas, con la tristeza a cuestas por la crueldad y la indiferencia, algunas no sabrán por qué se festeja, madres que descansan en el sueño eterno y que no recibirán una flor, una oración, un recuerdo. En otro lado, en otro lugar, habrá madres que festejarán con grandes comidas, regalos, paseos, visitas, que dormirán en una cama blanda, sin temor a la vida, sin penas ni llantos, madres honradas por sus hijos, madres que bailarán con el viento, que reirán sin parar, que serán homenajeadas y valoradas. ¿Alguna vez nos hemos puesto a pensar como durmieron nuestras madres? Quizá no, no supimos cuántas noches estuvieron asomadas a la ventana, rezando en silencio por los hijos fuera de su vista, por los que estaban enfermos, por aquellos que era considerados la oveja negra, por los pequeños, por los grandes, por los buenos, por los malos. Hoy mi madre duerme en paz, duerme en los brazos del Creador, cerró los ojos, y lamento no haber estado en ese momento para que se llevara en su pupila mi imagen, sabe que la quise más que a nadie, que lamento haber sido motivo de desvelo, que nunca supe como dormía mi madre. A todas las madres que no pueden dormir, mi respeto, mi admiración, a las que alguna vez serán madres pregúntense alguna vez como duerme su madre y si es posible platiquen con ellas, aún es tiempo de saber quién roba el sueño a las madres. FELICIDADES A LAS MADRES, ESTE DIEZ DE MAYO Y TODOS LOS DÍAS DEL AÑO. Escribe: Lorena Reséndiz
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