sábado, abril 27, 2024

¿De qué y con quién hablará García Luna?     Por si usted no sabía…

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Buenos días tengan las y los lectores de este espacio. Lo saludo con el enorme gusto de tener en dónde escribir y la posibilidad de comunicarme con ustedes cada semana; escribir es una prerrogativa, que te lean es un privilegio, pero que se comuniquen con una para hacer retroalimentación es casi un milagro. Muchas gracias a tod@s, quienes se toman la molestia de dirigirse a esta escribidora. Siempre los leo. 

  Pues se abre la semana con los llamados “temas obligados”. Uno, es el juicio que se desarrolla en Brooklyn, Nueva York, en contra del villano favorito de este sexenio, Genaro García Luna, mismo que comenzó ayer, martes 17 de enero. Sabemos que el juez que tiene en sus manos el futuro del ex policía, Brian Mark Cogan, ordenó que el acusado tuviera a mano un juego de ropa color azul marino y camisas blancas o azules, más 3 corbatas y unos zapatos negros con el fin de que se presentara muy bien vestido a su juicio. Imagínese usted cómo ha de sentirse aquel hombre que tuvo todo y de más, que se sintió dueño del futuro de un país y se codeó con presidentes en la última etapa de su vida en libertad; y que pudo llegar ahí porque lo construyó desde que era un delator callejero de la temida policía judicial de este país.

  Lo juzgará uno de los jueces más duros, pues ha tenido enfrente personas peligrosas como aquel terrorista de Al Qaeda y al propio Joaquín Guzmán Loera, conocido como “Chapo”. ¿Quiénes serán los llamados al estrado para declarar en su contra? Exmiembros del Cártel de Sinaloa; Édgar Valdés Villarreal “La Barbie”, y hasta Jesús Reynaldo, el “Rey Zambada”. ¡Pura gente finísima!, diría mi abuelita.

  ¿Para qué abrir ante ustedes este abanico? Para que puedan observar que aquel tribunal en Brooklyn puede tener delante de sus ojos un mapa interesantísimo de lo que fueron los inicios del narcotráfico en México, cuando la CIA se involucró con los capos mexicanos e invitaron a este negocio a algunos temibles sujetos de la extinta DFS, con la que tanto contacto y dominio tuvo un personaje que sobrevive a toda esta historia de terror y está aún montado en el gobierno actual de la 4T: Manuel Bartlett. Que no se olvide que el primer asesinato de un periodista por descubrir nexos entre el poder y en crimen organizado fue el de Manuel Buendía, que lo asesinó

aquella negra Dirección de Seguridad, entonces derivada del mando del Secretario de Gobernación, o sea, de Bartlett. Expuesto de esta manera, el juicio en contra de García Luna, debe ser visto con un doble cristal.

  Hasta dónde podía un sujeto así, gris, entrenado en los túneles más oscuros de la delación política y policiaca, encumbrarse solo hasta los niveles internacionales a los que García Luna llegó. Los reconocimientos internacionales le llovieron, lo mismo que premios, entrenamientos, contratos, adquisición de vehículos y armas. ¿Él solo? Esto es impensable. Tuvo que haber colaboración de otros países, en especial de los EEUU. Pero es sabido que los estadunidenses son especialistas en buscar la paja en el ojo ajeno, sin querer conocer ni hacer público cómo es que cantidades tan formidables de cocaína y otras drogas de (hoy el fentanilo que mata casi de inmediato), pueden ingresar a su territorio sin que casi alguno de la DEA y de los suyos se dé cuenta.

  Otra cuestión que llama la atención es que García Luna sea ligado de manera tan afanosa al expresidente Felipe Calderón, si el acusado operó desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, cuando fue uno de los enviados por el espionaje mexicano a la zona de Chiapas. Y ahí siguió García Luna creciendo con Zedillo hasta que llega a Fox y a Martha Sahagún, quienes lo adoptan para temas de seguridad, por la sencilla razón de que conocía los laberintos de fondo, cuestión que la oposición panista al menos no trataba del todo, puesto que el PRI no abrió sus expedientes a la oposición. Nunca una dictadura ha hecho buena ciudadanía y menos buenos políticos. Más crecido puede ya acercarse a Felipe Calderón, quien desde su campaña anunció que combatiría al crimen organizado, problema que se abandonó por el pacto a vistas. Se creía que regresando a tener capos tipo “El Padrino” se lograría apaciguar la matanza que ya se había desatado en el país. 

  García Luna, y no es de extrañar, fue visto como “la cuña que es del mismo palo”; conocía a los malhechores, les podía hablar, contactarlos. Conocía en dónde estaban y alguien le prometió entregárselos para que los apresaran. ¿Que estaba metido hasta en cuello?, es un paso lógico en una subsistencia como la de él. ¿Qué se volvió mega millonario y le ganó la codicia? Pues a pagar, ¡pero todos!

Escribe: Guadalupe Elizalde

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