domingo, abril 28, 2024

#verdadesqueacomodaneincomodandelorena ¿¿Dónde estás mamá?

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Esta semana escribo esta columna con dolor, indignación, impotencia y tristeza, como docente estoy en contacto en la medida de lo posible debido a las circunstancias con mis alumnos, escucho sus reclamos, sus quejas, sus anécdotas, lo que están viviendo, sé que para algunos no es nada fácil, los docentes somos los confidentes de los niños, nos enteramos primero que nadie de lo que viven, de lo que les ocurre en su diario acontecer, de sus sueños, de sus esperanzas, de sus miedos y sus alegrías, pero también de lo que no queremos saber y que manifiestan, esperando encontrar un apoyo, una solución, un cambio. Dentro de cada escuela y cada aula, encontramos un micro universo, historias que se enlazan, que convergen, se mezclan creando nuevos mundos, pasamos a formar parte de la vida de cada alumno y a su vez, él entra a la nuestra y nos cambia todo lo que creíamos saber y volvemos a reinventarnos, a reaprender de los niños y es maravilloso compartir vivencias con su inocencia infantil. Tengo a su vez, la oportunidad de continuar presente en alumnos que ya egresaron de la escuela, siguen confiando en mí, a veces me hablan solo para saludarme, otras, para pedirme un consejo, asesoría con tareas, es gratificante darme cuenta que una huella dejé en ellos y a su vez, están presentes en mí. Tengo muchos años dedicada a la docencia, en los niveles que van, desde preescolar hasta preparatoria, recuerdo a casi todos mis alumnos, cada uno de ellos está presente en mi memoria y en mi corazón. La semana pasada, leí una noticia que me causó un sobresalto, un padrastro abusó de una niña, son esas notas que prefiero no leer, sin embargo no pude dejar de analizar las escasas referencias, pensé en mis alumnas, elevé una oración pidiendo al Creador que no fuera ninguna de mis niñas, como las llamo, al día siguiente, me llaman varias personas para decirme que si me había enterado de lo que había pasado con una niña que egresó de la escuela, efectivamente, fue ella la agredida, no supe que decir, he recibido noticias fuertes como la muerte inesperada de mis seres amados, lo asimilé y lo digerí, pero saber lo que le ocurrió a esta pequeña, causa un dolor que no puedo precisar su magnitud. Poco a poco fui recibiendo información, me sentí atada, impotente para ayudarla, ahora mismo que escribo esta nota, mi tristeza, mi coraje están a flor de piel, cuando estaba cerca de mí, sabía lo que pasaba en casa, busqué la manera de mantenerla protegida, sin embargo las mismas autoridades educativas nos dicen que no nos involucremos más allá de lo permitido, conocí la vida familiar que la rodeaba, durante el tiempo que permaneció en la escuela, una sola vez tuve la oportunidad de conocer al padre, que nada hizo por cambiar el entorno de su hija, pretextos sobraron, la realidad es que nadie hizo lo que tenía que hacer para garantizar a esta pequeña una vida libre de violencia física, mental, personal y me preguntó ¿Dónde estás mamá? Quisiera entender el motivo por el cuál una mujer, una madre, prefiere tener contenta a una nueva pareja, aún a costa de la integridad de su hija, en qué momento es más importante su felicidad como mujer que como madre, ¿Por qué permitió que su pequeña fuera abusada? Dónde estás mamá que no cuidas, no proteges, no amas a ese ser indefenso que tú procreaste, ¿Por qué es prioridad tener a alguien en tu cama que tu propia hija? ¿Hasta cuándo las leyes aplicarán un castigo ejemplar para los abusadores de niños y también para las madres que lo permiten? Como sociedad nos hemos vuelto indiferentes a lo que viven muchos pequeños en casa, aunado a esto, la agresión que viven las víctimas al ser cuestionadas, exhibidas, culpadas, el no creerles, ¿Cuántas voces callan porque el abusador es alguien cercano? ¿Dónde están esos padres que dejan hijos por ahí, sin volver a ocuparse de ellos? En México no existe la pena de muerte, nadie puede quitarle la vida a una persona, pero en estos casos ¿Sería viable aplicarla? Antes de la pandemia, las escuelas eran el sitio en el cual los alumnos sentían seguridad, estaban al menos parte del día resguardados de todo lo que ocurría en casa, hoy, están a merced de todos los peligros que ya vivían y que en el aula comentaban, hoy no sabemos en qué peligros están, quienes regresarán a las aulas fortalecidos, quienes llegarán maltrechos y también, quienes ya no volverán. ¿Dónde estás mamá que no puedes, no quieres, no sabes proteger y cuidar a tus hijas? ¿Dónde estás que te vuelves ciega y finges no saber? El caso de esta niña está en manos de las autoridades, por lo que he logrado saber, no procederá la demanda porque no hay elementos, no sé mucho de leyes, mi pregunta es ¿Cuáles son los elementos necesarios para defender los derechos de una menor?, ¿Cuáles son los elementos para aplicar un castigo ejemplar a quienes cometen estos actos? ¿Dónde estás mamá que no supiste cuidar a quién confiaba en ti? Maestra Lorena Reséndiz

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