jueves, noviembre 21, 2024

#NuestroPuntoDeVista ¡¡¡ MORENA…democracia interna, tribalismo, universalismo..re-ingeniería pues !!!

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Robert Michels (1911), alertaba sobre uno de los problemas centrales a los que se enfrentan los partidos políticos, a saber, es lo que denominó la Ley de Hierro de la Oligarquía. En su análisis señalaba que un partido nunca sería democrático, porque en la propia organización estaba el germen de la oligarquía.

Analicemos el porqué de la afirmación enfocándolo a nuestro medio de la política mexicana, muchos partidos (aunque es cierto que no sólo ellos) son organizaciones oligárquicas, donde se adoptan decisiones de manera excluyente, con liturgias o actos de poder total, sin tener en cuenta las opiniones de los militantes y donde éstos sólo son consultados para legitimar políticas y resoluciones ya tomadas en círculos pequeños, es decir simulaciones asambleístas.

Las élites controlan de manera férrea el poder, no facilitan la participación de todos los grupos en las definiciones programáticas, no permiten el universalismo en la aceptación de nuevos adeptos, pues se subestima las diferencias producidas por la cultura, la historia y la identidad de grupo.

Por el contrario, se da rienda suelta al tribalismo, es decir, hay identidad solo con un grupo que ellos eligen al que ven como conocido y confiable, mientras que a cualquier ciudadano u otro grupo que no sea o este de su lado se le “candadea su ingreso” o se le ve como un grupo extraño del cual debe desconfiarse y no se le debe de favorecer en algo o en nada. Se les ve como enemigos potenciales, más que como aliados por un fin estratégico común. Se les sataniza y se ve a ese otro grupo como “malo”, no solo culpable de actos malos, sino fundamental malo en esencia.

Medir con el mismo rasero es y ha estado significando un error para Morena como partido; por ejemplo, a la corriente nacionalista lopezobradorista, que integró aproximadamente a 27 millones de mexicanos, por solo 3 millones aproximadamente de Morena, que sentían hartazgo de las formas de gobernar de los dos partidos dominantes PRI Y PAN, se les ha excluido del partido en su gran mayoría; por lo que surge la siguiente reflexión: de los 27 millones mencionados, quien sabe en estos momentos cuantos permanezcan aún, no en Morena, sino en la corriente Lopezobradorista.

Para los tiempos que se avecinan, elecciones intermedias de 2021, es tiempo de rectificar; ¿de qué manera?: partiendo de lo que establecen los documentos básicos y a lo externado por el Presidente López Obrador, Morena no es propiedad de nadie, Morena pertenece al pueblo: por lo que debe venir la apertura de Morena a la ciudadanía. Es cuestión de sobrevivencia.

Los partidos predominantes o dominantes conservan regionalmente a sus partidarios; por lo que lo ocurrido en las pasadas elecciones en Hidalgo y Coahuila, solo representa un aviso; pues no fue un regreso del PRI, porque este nunca se fue de esas entidades federativas. Lo que pasó fue que la maquinaria electoral funcionó y de ello se debe de aprender. Todavía no hay crisis, pero se debe de eliminar el sentido de complacencia.

Los triunfos electorales son elemento vital para la supervivencia de los partidos y, para ello, se enfrentan al desafío de las formas.

Cada vez más importa “lo que se hace” y, fundamentalmente, “cómo se hace”. Lo cierto es que fue un Tribunal y el INE los que condujeron a través de encuestas la selección del Presidente y de la Secretaria General de Morena Nacional, lo que representa un hecho inédito en los partidos políticos mexicanos. Y todo ¿Por qué?. Porque ambos organismos concluyeron que el padrón de afiliados del partido no era confiable. Urge ahora que se tienen definidas las dos carteras, enfocarse a una verdadera democracia interna.

Si el PRI y el PAN han sabido resurgir de sus conflictos internos; no se ve porque Morena no pudiera, si llegan a ponerse de acuerdo sus partes. Se espera que el triunfo de Mario Delgado, no represente una victoria pírrica. Veremos si todavía recuerda Muñoz Ledo lo que significa la disciplina partidaria, que tan bien conoce.

Por otra parte, si el partido no se compone se ¿atrevería de verdad el Presidente López Obrador a dejar a su partido en la orfandad y abandonarlo a su suerte?. No hay otro camino para Morena, más que componerse a través de democracia interna, re-fundación o un proceso de re-ingeniería. Lo que haya que hacer, lo deben de hacer. Es asunto de supervivencia. ¡¡¡ Es asunto de ganar elecciones !!! Don Jesus Moreno Trejo

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