Hoy en día, tal parece que nacer es un pecado y no solo en México, en otros países del mundo y empezaré esta reflexión analizando los enormes retos a los que se enfrenta la mujer: Los estereotipos de género. Desde tiempos bíblicos, la mujer ha sido juzgada, señalada, lapidada, en este siglo no ha cambiado el concepto, tal parece que ser mujer es un pecado. Los usos y costumbres de algunos pueblos y países en los cuales la mujer no tiene voz, es moneda de cambio. La violencia familiar, laboral, sexual, así como el hostigamiento que sufren en silencio muchas mujeres, otras, que se atreven a denunciar son asesinadas, desaparecidas o ignoradas. La carga desproporcionada de trabajo, las labores domésticas no remuneradas, la brecha salarial, el cuidado y manutención de los hijos, el mendigar una irrisoria pensión ante autoridades que no le favorecen, el abandono, la indiferencia de una sociedad que no reclama. La paridad entre hombres y mujeres no se ha logrado. En 2007 se aprobó la Ley Orgánica que entre otras cosas menciona la igualdad para mujeres y hombres, trece años después de ser promulgada las diferencias en el ámbito laboral siguen beneficiando al género masculino. Existe una división sexual laboral estigmatizada, sectores muy masculinizados, en la política, en la industria, en el arte. En algunos puestos de trabajo se utiliza el cuerpo de la mujer con ideologías, vestir de tal o cual manera, cosa que no ocurre en el sector masculino. Los despidos por maternidad son justificados y frecuentes, México encabeza la lista de los países con más casos de feminicidios, la agresividad a la mujer va en aumento, se mata con saña y brutalidad a niñas, jovencitas, mujeres, por el hecho de vestir de tal o cual manera, por su forma de pensar, de vivir, es la mayor expresión de violencia que existe hacia el género femenino, aunado a esto, un poder judicial agravado por la complicidad, la ineptitud, la impunidad, la violación a los derechos humanos, a los derechos de las mujeres. El machismo sigue presente en los hogares, en la cultura, en todas las esferas sociales, dice una frase que rescaté: “En México, ser mujer y no morir en el intento es una hazaña” ¿Hasta cuando la mujer dejará de ser tratada como inferior al hombre? ¿Qué necesita esta sociedad para cambiar y dejar de agredir a sus mujeres? Esta recomendación va para las madres de familia, en el seno materno surge el machismo, se consiente, se fomenta. Eduquen a sus hijos para tratar a la mujer sin violencia, el respeto hacia la mujer empieza por no marcar diferencias entre los niños y las niñas. Eduquen a sus hijas, no para competir con los varones, sino para tener una educación que les permita ser mujeres libres, independientes, seguras, a no permitir jamás una agresión física o verbal por amor o por repetir patrones de conducta aprendidos en el hogar, recuerden, en la familia se fortalece y se enseña la igualdad y el respeto. Maestra Lorena Reséndiz Mendoza
