Este 21 de marzo se celebra el natalicio de Benito Juárez también conocido como el Benemérito de las Américas, cuyo pensamiento e ideología no pierde vigencia.
Alrededor de los personajes la tradición popular teje historias, que conforme se van narrando, van consolidando los mitos y el de la muerte de Benito Juárez es una de ellas, pues hay quienes sostienen que perdió la vida envenenado y no debido a una enfermedad.
Luis Arturo Salmerón describe en la “Muerte del presidente Benito Juárez” que el 18 de julio de 1872, “en sus sobrias habitaciones del ala norte de Palacio Nacional, murió el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Benito Juárez García, víctima de una angina de pecho”.
Sin embargo, hay quien asegura que una mujer dolida, una mujer enamorada y con conocimientos sobre herbolaria pudo haber terminado con la vida del expresidente Benito Juárez; ella era Leonarda, mejor conocida como “La Carambada”.
Se dice que Leonarda fue dama de compañía de Carlota y Maximiliano, el cual se enamoró de ella. Leonarda rechazó a Maximiliano, explicando que había hecho amistad con la emperatriz y no podía acceder a sus deseos. La realidad era que estaba enamorada de José Joaquín Ortiz, un capitán francés del ejército monárquico.
En sus últimos días, el imperio se refugió en Querétaro, allí José Joaquín fue tomado prisionero y condenado a morir fusilado. La Carambada acudió a todas las autoridades, incluyendo a Benito Juárez, presidente de México. Ante la negativa del perdón, la mujer juró venganza.
La Carambada juró que se vengaría de Benito Juárez por no haber escuchado su petición de salvar a quien ella amaba y se dio a la tarea de buscar la veintiunilla, la hierba que supuestamente llevó a Juárez a la tumba.
La Carambada conoció al poeta y político Guillermo Prieto, quien la invitó a una cena con Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte y sucesor de la presidencia, en caso de que faltara el presidente,
Guillermo Prieto se encargó de poner a la mujer frente a Benito Juárez en una reunión, en la hacienda Balvanera y en un descuido de Juárez la Carambada aprovechó para verter en su bebida un par de gotas de savia de veitiunilla. Se dice que Lerdo de Tejada fue testigo de los hechos y sólo le sonrió a la asesina cuando vio lo que había hecho.
“Casualmente” Juárez falleció 21 días después, con síntomas de una angina de pecho y Sebastián Lerdo de Tejada fue nombrado su sucesor en la Presidencia de la República.
A la edad de 86 años Leonarda fue fusilada. Mientras las monjas del hospital limpiaban el cuerpo para la autopsia descubrieron que estaba viva… fue entonces que pidió un sacerdote para contarle lo que había hecho con Benito Juárez.
Ahora bien, la Asclepias curassavica, también conocida como flor de culebra, veneno rojo o veintiunilla es una planta que es común hallar como maleza en zonas en las que predomina la humedad. Se encuentra ampliamente distribuida por la República Mexicana.
En México, la planta se puede encontrar en Puebla, Chiapas, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí.
Esta planta, además de poseer efectos medicinales, se dice que si se emplea de cierta manera puede ser tóxica y llegaría a provocar problemas cardiacos que terminarían con la vida de quien la ingiera.
El nombre de veintiunilla se debe a que después de que se ingiere la savia de la planta, pasan 21 días antes de que haga efecto y llegue la muerte.
Una de las leyendas más cercanas con la planta es la que relaciona la muerte de Benito Juárez con la veintiunilla.
Escribe: Heidy Wagner Laclette