Esta semana no hablaré de esos problemas sociales que de pronto parecen no tener solución, soy docente y mis temas favoritos son los que se relacionan con la educación, sin embargo, con esta pandemia todo está de cabeza, es una guerra de declaraciones de todo los sectores de la sociedad, algunos piden regresar a las aulas, otros, se niegan categóricamente al regreso presencial ante un rebrote del virus, el miedo, la ignorancia, la impunidad y lo que resulte.*
En esta colaboración, quiero tocar un tema que poco abordamos y, que cuando pasa, pocos saben que hacer o cómo reaccionar: La vida después de…*
Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, es la ley de la vida, sin embargo no todos completan ese ciclo por diversas razones, ajenas y personales. De acuerdo a esas decisiones que tomamos, ¿Qué pasa después?*
Cuando somos adultos y la vida nos lleva por caminos que no pensamos transitar y nos vemos en la disyuntiva de hacer un alto, un análisis a lo que está pasando, por no saber qué hacer, dejamos de hacer lo que es correcto por la comodidad, la apatía, el odio, la cobardía.*
Cuando se fracasa en un matrimonio, el divorcio es la mejor solución para una de las partes, pero la vida después de… no es fácil, sobre todo cuando hay hijos de por medio, en mis largos años de docente he visto como los más afectados son los pequeños, que son tomados como moneda de cambio por algunos de los progenitores, he dicho alguna vez “se agarran a hijazos” en una guerra sin cuartel, para esto, la vida después de…, debería ser, olvidar los problemas que originaron la separación y unir esfuerzos por criar hijos fuertes, sanos mentalmente, que no les toque pagar los platos rotos de la familia.*
Por el contrario, en las pláticas que he dado, escucho a personas que se quejan de la pareja con la cual están casadas, viven sin amor, por guardar las apariencias, por los descendientes, por el que dirán, por no querer dejar la zona de confort, por el miedo a la soledad, por lástima, por mentir, porque son una cadena de “por” interminable, cada uno da su versión, no se aman pero siguen unidos, la vida después de… debería ser diferente, aceptar la realidad y no vivir infelices hasta que la muerte los separe.*
Se llega la viudez de uno de los cónyuges y para muchos de ellos, el tiempo se detiene, llega el luto, el no saber qué hacer, vivir de los recuerdos, los problemas por las herencias, el dolor de la ausencia, el abandono, el olvido, la indiferencia, seguir adelante con el mal sabor de boca de lo vivido, la vida después de… debe comenzar por el perdón al que se fue, perdonarse a uno mismo por olvidarse de que el propósito de vida es ser feliz antes que hacer felices a los demás, la vida no exige sacrificios.*
Al conocer a otra persona, enamorarse después de… parece, en muchos casos, un acto bestial, pocos asumen que es una oportunidad, se oponen, se originan connatos de violencia, mental, física, psicológica, se daña a quien es menos culpable de la situación.*
Es cierto, existen situaciones que se escapan de las manos, que se viven de manera fortuita, la pérdida de un hijo, del ser amado, de un empleo, de los padres, de un objeto, de la mascota, de una parte de sí mismo, la vida después de… jamás será igual, lo importante es darse cuenta que seguimos aquí, que aprender la lección duele, tomar decisiones equivocadas, no escuchar consejos, actuar con egoísmo, dar y tomar de más, ser cobarde, ser valiente no es fácil, la vida después de… consiste en ser mejores, enmendar el camino, vivir en plenitud dejando al universo aquello que no podemos arreglar y lo que sí está en nuestros manos hacerlo mejor, para uno mismo y para los demás.*
La vida después de… tiene sentido si estás dispuesto a encontrar soluciones y no problemas.* Maestra Lorena Resendiz
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