domingo, abril 28, 2024

De los mil pretextos que hay para aplastar a otro Por su Ud. no sabía…

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Muy buenos días a los amables lectoras y lectores que hacen el milagro de encontrarnos en este espacio cada miércoles. Espero que se encuentren gozando de buen ánimo y de excelente salud. ¿Qué puedo decir del temor a una guerra? Casi todos en el mundo (aunque habrá algunos mal informados o de plano indiferentes) estamos azorados viendo cómo la Rusia del oso gigantesco con las fauces abiertas mira hacia Kiev, una pequeña zona ya indefensa. Qué inhumano es ver cómo alguien más poderoso, con plataforma, armas y fuerza acomete contra una pequeña nación que, sí, podría defenderse, pero se vio aturdida por el tsunami armamentista, publicitario y hasta racista (la raza pura otra vez) que se le viene encima de Rusia, la pro imperialista.
Gerorge Friedman (Geopolitical Future), propietario de una agencia de prospectiva y análisis político internacional, hizo saber al mundo que en realidad el presidente ruso, Vladimir Putin, en el fondo quiere recuperar para su país las amplias fronteras que tenía la ex Unión Soviética cuando la Guerra Fría, lo que sería una verdadera locura. Les cuento brevemente que el país fue fundado por eslavos que fueron mezclándose con personas rusas y polacas a lo largo de los siglos. Los reconoció Catalina La Grande, pero prohibió que los libros culturales y religiosos se publicaran en ucraniano. El Zar Nicolás II promulgó una ley confirmando lo anterior. También, a lo largo de los siglos, el país se ha visto ocupado o gobernado por personas que se dicen prorrusas, más rusos que ucranianos y demás mezclas entre las que resultó el concepto de la raza pura “rusa”; de ahí que al principio del conflicto se le dio a Putin el mote de “el nuevo Hitler”.
Del presidente de los EEUU, Joe Biden, se esperaba una fuerte reacción contra la invasión armada, pero también se temía un pronunciamiento conjunto con Europa, pues es de esperarse que estallara una guerra que alcanzaría proporciones incalculables, no deseadas por ninguna persona con dos dedos de frente, aunque haya seres grotescos diciendo que estas cosas les vienen como “anillo al dedo”; son los que siempre pescan en río revuelto. Dios nos agarre confesados, me dije, pero nunca de rodillas.
Hoy, con alegría temerosa vemos que Joe Biden ya respondió y ratificó algo muy importante para los días que vivimos en México. Parodiando, expresó: los tiranos que no paguen por sus estropicios, a la larga harán más daño. Eso sí, pero no todos los malos de Malolandia son Osama bin Laden. En Ucrania van 677 mil desplazados en una guerra premeditada con las tres agravantes: alevosía, ventaja y obvio, premeditada frialdad. Ahora sabemos que puede ser que Occidente, con la OTAN a la cabeza responda este ataque. ¿Por qué Putin le echa tanto a la OTAN? Porque este acuerdo se firmó para defender la estabilidad de la zona tras la Segunda Guerra Mundial; se garantizan la libertad y seguridad de los estados miembros. Su presidente es el noruego Jens Stoltenberg, quien es economista y político.
Al comenzar Putin sus primeros ataques, Washington, puso de inmediato en alerta unos 8.500 soldados desplegados en Europa oriental, envió barcos de guerra al Mar Negro y ordenó la evacuación de los familiares de sus diplomáticos en Kiev, la capital de Ucrania. Mientras, el gobierno del presidente Volodimir Zelensky levantó llamamientos a la calma, aclarando que esta crisis se inició con la invasión rusa de Crimea y la ocupación por parte de grupos prorrusos en la región de Dombás, en el este de Ucrania, donde desde 2014 han fallecido casi 14.000 personas. Pero, ¿Qué afanes mueven a Vladimir, se preguntará usted? Bueno, además del desequilibrio mental que da el poder absoluto revuelto con vodka, el presidente ruso ve que una de sus fronteras puede convertirse en miembro de la OTAN y contará con la ayuda militar de los países congregados bajo su firma. Por esa misma razón recordó la crisis de los misiles en Cuba, allá por el año de 1962. Para que vea usted cómo el león cree que TODOS son de su condición. Como la URSS fue a esconder y a apuntar misiles allá, ahora fantasea con que le harán lo mismo. La segunda razón, como le platicaba líneas arriba, es que ahora a Rusia le ha surgido un amor loco por los eslavos, a quien bautiza de rusos. ¿Usted le cree? Yo tampoco. La tercera es que instalar gente de la suya en Kiev, dizque prorrusos, no le ha funcionado y el dictador se siente humillado. O sea, que los ucranianos, sin mover un dedo le aplicaron un rotundo NO, desde el silencio… Ojo mexicanos. Escribe Guadalupe Elizalde
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