lunes, octubre 21, 2024

Por si usted no sabía…  Brechas de escape y generacionales

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Excelente miércoles tengan las y los lector@s. Agradezco siempre el tiempo que se toman en leer y los invito a que animen a sus hij@s, herman@s, sobrin@s, nietit@s o amiguitos/as de la familia, a que lean, aunque sean 3 páginas diariamente y después expliquen aquello que entendieron, para que México deje atrás este bache trágico de ser el país que lee medio libro por habitante. Cuando mi abuelita daba clases en el INEA hace 10 años, asevera que la lectura mexicana era de libro y medio al año por cabeza, entre escolarizados (obviamente). Vamos observar algo que estamos haciendo con frecuencia los comunicadores: Ahora que está de moda el tema del PRI, muchas columnas comenzamos quizá diciendo que “para quienes son jóvenes…” y contamos la historia que sucedió hace 100 años en la fundación del partido en cuestión. Pero hemos ido más cerca: en la defensa del INE, en muchas ocasiones comenzamos relatando que “antes” las elecciones no existían, que pasaban por Gobernación donde se hacía lo que se les daba la gana con el voto (Bartlett dixit); que el INE, como órgano ciudadano de certeza jurídica, es joven, y el/la chavit@ pregunta: ¿Entonces por qué lo están aniquilando? ¿Por qué se mete la secretaria de Gobernación es asuntos del Poder Judicial y en contra de la presidenta de la Suprema Corte como si fuera su vecina?  … Y nosotros, ¿qué hacemos ante la historia, la Constitución y lo que está sucediendo en este gobierno? Para cuando terminamos de explicarles a nuestros jóvenes que existe una Ley Fundamental; o vamos, por ejemplo de Calles a Zedillo; o narramos cómo comenzó a ganar peso el voto ciudadano, o el asunto de los tres poderes, el Internet ya nos ganó.

   ¿Por qué celebran tanto la “marea rosa”?, preguntaban curiosas  las sobrinas y primas de la casa. ¿Usted medio explica que la libre expresión y manifestación de las ideas no siempre fue posible. Habla usted de la manifestación que se prohibía y había hasta muertos(médicos, estudiantes, campesinos, trabajadores mineros o de compañías estatales o paraestatales que han sido disueltas). Los jovencitos/as abren los ojos y a veces no creen, pues “¿antes todo terminaba en muertos?”, interpelan.

   ¿Qué estamos viendo sin observar con cuidado? Dos cosas: una brecha generacional que es perfectamente normal, pero se subsana en la escuela con la materia de Historia. Por otro lado, un viraje en la educación de nuestra juventud en el cual se están cambiando los signos y símbolos que nos hacían una Nación. Voy a poner un ejemplo que suena tonto pero no lo es: Un o una jovencita en la Capital del país creció viendo a Cristóbal Colón muy parado en el Paseo de la Reforma. Neutral el personaje; el primero que llegó a las Américas. Mucho gusto señor; ni odio ni mucha simpatía. Ésta llegó cuando leí una de las mejores biografías que del señor se han escrito. Y lo mismo ocurrió cuando leí el “Cortés” de Madariaga. Entendí y por eso una es capaz de calibrar la historia y entender, fuera de filias y fobias quiénes somos, de dónde venimos, cuánto costó y hacia dónde nos conduce este nuevo régimen. Un joven universitario en los primeros, o en los últimos años de preparatoria, ¿cómo va a entender el voto para los juzgadores? O, ¿por qué hay que cortar el suministro a institutos ciudadanos que, según esto, salen muy caros? ¿Cómo explicarles cuánto vale la libertad, la verdad? ¿Cuánto la protección a los valores construidos por varias generaciones?

   Otrosí: La forma de exponer las ideas urbi et orbi por TV, de un modo tan simplista y ante cerebros que no están preparados para discernir, en poco tiempo hace otro corte generacional entre quienes desentrañan y conocen todas las luchas, y entre otros que sólo reciben las modificaciones a una Constitución que ni siquiera han hojeado. Son 20 iniciativas, nos dicen, como quien entrega un paquete de comida a domicilio, sin saber de qué o cómo los han preparado. He aquí otro ejemplo que parece tonto: Tu endodoncista híper preparado para sustituir hasta hueso, cobra muy caro y un día curó a un criminal. Por eso, vamos a cambiarlo por un estudiante recién egresado de odontología, “lleno de ilusiones y de empuje”. ¿Usted se dejaría tratar? No siempre la juventud, la voluntad y los ideales son suficientes para ocupar un alto cargo. Desde la presidencia se ha venido minimizando el esfuerzo y la experiencia de los profesionales en diferentes grados: El chiste es que sean cuates, leales, no expertos. ¿Pues a dónde vamos ideólogos de la 4T, que necesitan tanto cómplice?

Escribe: Guadalupe Elizalde

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