miércoles, noviembre 6, 2024

Por si usted no sabía… Fortaleza propia del quehacer literario

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Buen jueves tengan las y los lectores de este espacio. Si no se los cuento yo, no hay cómo muchas personas que gozan con la fiesta del arte puedan enterarse, o quizá sí lo hicieron desde el año pasado, cuando la RAIAL (Real Academia de Arte y Literatura) realizó su II Encuentro Nacional de poetas y pintores en la ciudad de Tequisquiapan, Querétaro. Todo resultó tan bien, que este año en “Morelia 24”, los organizadores lograron duplicar el número de asistentes al llegar a los 170 y convertir el encuentro  en una reunión internacional de “artistas y escritores independientes y también aquéllos con trayectoria”, que nos dimos cita en la bellísima ciudad michoacana donde nació Don José Ma. Morelos y conoció a Miguel Hidalgo y Costilla.

   Pues fue en la Casa Natal de Morelos donde tuvo lugar la inauguración, las lecturas y la clausura. Por su parte, los pintores, instalaron una exposición muy digna en el monumental Palacio de Clavijero. Les haré un repaso para explicar cómo se unieron las artes en este Tercer Encuentro. Las organizaciones invitadas al foro son todas independientes, así que cada cual tuvo que sufragar su participación. Desde meses antes se abrieron tres convocatorias abiertas para participar en la impresión de una antología general, de cuya venta se obtendrían recursos para la renta de espacios y algún pago para los grandes músicos que amenizaron los actos, por ejemplo. La segunda convocatoria abrió un concurso poético para aspirar a la obtención de una presea que no dejan de ser alicientes para seguir adelante y, sobre todo, refrendar que el arte es ante todo un compromiso social, y aunque sea sólo por ello, todos tenemos la obligación de prepararnos y seguir estudiando para presentar un trabajo digno de entrar a sus cerebros y a sus hogares: presentar calidad es invitar a lo mejor del ser humano al crecimiento. Una literatura –en cualquiera de sus manifestaciones- mediocre, acostumbra al lector a lo ramplón (ver a los jóvenes cómo repiten algunas de las letras actuales, sin meditar en el contenido), a la par que se le falta al respeto al lector. Las letras –lo literario- son el retrato de la existencia y éste debe ser lo más nítido que se pueda. En cuanto a los pintores, también entraron a una convocatoria para elegir las dos pastas de la antología poética de acuerdo a la calidad y al título de la misma: “Sueños de Piel Desnuda”.

   Para quienes asistimos fue un descubrimiento conocer de primera mano qué se está haciendo en otras universidades del país en cuanto a docencia en las artes de la pluma, algunos de cuyos trabajos merecieron un reconocimiento. Asistimos 170 participantes que nos movíamos por Morelia como manchas de peces en busca de otra calidad de mar, cada cual a una altura conquistada a pulmón, cada quien con su estilo muy propio y en medio de un gran respeto. Quizás esto fue lo más hermoso del Festival: la hermandad y el calor con que fuimos recibidos en Morelia poetas nacionales y argentinos, de España, Colombia, Chile, Perú y Estados Unidos, todos en un desfile de logos ejemplares, dependiendo, ejemplos a seguir o a desechar, pero siempre luminosos.

   Mientras ocurría en mi país la caída del peso, mientras en Celaya moría un periodista que había sido resguardado por la policía, quien esto escribe escuchaba los sonidos del agua y del viento entre los árboles, bien un viento triste o uno que cala hasta los huesos. Tampoco dejé de pensar en la sobrerrepresentación que amenaza a esta país que es tan creativo y cuyo esfuerzo por educarse es cada vez menos tomado en cuenta por sus gobiernos. Por eso rindo un homenaje a los dos presidentes de RAIAL que ignoro cómo pueden organizar cada año un Festival tan nutrido y lleno de actividades: José Enrique García Pérez y Jesús Armando Molina Quiroz, quienes junto otras filiales de la Real Academia en algunos estados del país, logran reunir y poner en orden a todos los artistas que asistimos. Gracias por llevar un recuento del material que se presenta durante las jornadas y tomarse el tiempo para elegir los trabajos que merecen una mención especial por su calidad. Tal y como lo asentó la prensa asistente a Morelia, “El Festival tuvo como objetivos en fomento de la cultura y las artes, el apoyo a escritores y artistas emergentes e independientes y la promoción de la paz”, además de fomentar la convivencia entre ellos y escritores cuya trayectoria ya es o comienza a estar reconocida en el país. Por último, quiero agradecer la Mención Honorífica que recibí por mi participación en el certamen poético, gracias por el reconocimiento a mi participación y contenido y mil gracias por la medalla de honor de la RAIAL.

Escribe: Guadalupe Elizalde

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