lunes, octubre 21, 2024

Por si usted no sabía… Ya estamos velando armas y casillas

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Buenos días tengan las y los lectores de este espacio que en el día de hoy llega hasta ustedes con un ánimo parecido al del mejor poeta del Siglo XVII español, Francisco de Quevedo, cuando definió al amor. Este cierre de campaña e inicio de veda electoral viene a ésta su casa como “… un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado.” Si razones para leer a Quevedo hay miles y todas muy buenas, para sentirse en tal confusión las hay aún más. Vamos comenzando por la retahíla de encuestas nacionales y hasta foráneas que llegan a diario hasta nuestras mesas de trabajo. Las hay que tienen tal distancia entre el 1er y segundo lugar, que a leguas se ve que al mandarlas a hacer se les olvidó pedir que no las maicearan tanto. No sería tan mala idea que tras esta elección a muchas de ellas (casas encuestadoras emergentes) les sucediera lo que a los libros de caballería del Quijote de la Mancha. La familia de don Alonso Quijano, temerosa de que cayera en otra confusión y de nuevo saliera por el mundo a pelear contra dragones y monstruos, Hizo una gran pira y en ella quemó todo género de aquella temática en boga, pues en el cerebro del Caballero Andante causaban sus letras tal desorden, que olvidaba no sólo quien era, sino sus obligaciones y hasta a su familia.


Obviamente políticos y encuestadoras saben que sus resultados y combinaciones inciden en el pensamiento y ánimo de los votantes. Mi abuelita cuenta que en la era dorada del PRI se sabía quién iba a ganar desde que presidente en turno decía el nombre del elegido, hubiera contrincantes en la oposición o no, como sucedió con José López Portillo que fue solo. Figúrese cómo se parecen los hechos del pasado con los de hoy. Luis Echeverría Álvarez, otro presidente asesino (Día de Corpus), en 1974 por primera vez utilizó una encuestadora para saber quién de los secretarios de Estado podría ser el más “querido” para sucederlo. Con el voto de 2,730 personas del IMOP (Instituto Mexicano de Opinión Pública) se decidió que el expresidente apodado después como “El Perro”, fuera candidato único. Para que no se queje El Peje, y vea que hay apodos peores, como el que le pusieron ciertas personas de Sinaloa quienes le apodan el “pescado feo”, aunque no sé si lo sepa.


Decía que aquellos sexenios se parecían: Según Amlo, la corcholata mayor salió de una encuesta y todos los demás se cuadraron. El paisaje electoral era bastante tenso debido a las dificultades económicas que enfrentaba el país; debido también a la guerra sucia y las guerrillas activas, la nula democracia y , para coronar, los sucesos ocurridos en la ciudad de México el 10 de junio de 1971, hecho que por primera vez pone en desequilibrio la presidencia omnímoda dentro del PRI. Y eso que todavía el asunto del narco no era una extorsión abierta y PEMEX aún era respetada como empresa paraestatal; le robaban, sí, pero no la guachicoleaban fiscalmente como en estos años.


Y mi abue se pregunta ¿cómo es que ganarían quienes tan mala testa tienen? Pues quizás se encomienden a la Santa Muerte, o a los brujos Palo mayombe que adoran los narcos que, como dice en presidente sin morderse la lengua, viven enamorados del dinero, subyugados por el poder. Sólo que en su enfermedad mental no derrotan molinos de viento ni conquistan tierras para su dama, a menos que ésta se llame “Fentanila Mala Muerte”. Encuestas fueron y vinieron; unas pronosticando un final de fotografía. Una no sabe mucho más que Morena no volverá a tener un Congreso a modo y sus iniciativas Terminator no pasarán.


Por lo demás, sólo me queda recomendarles la relectura del Quijote. Ya no vea usted que la violencia política sigue avanzando, que no se instalarán casillas en algunos lugares: bien porque el crimen organizado, muy bien organizado, no lo permite. Bien porque los candidatos han renunciado en masa; en otros lugares no puede entrar la autoridad y el INE no tiene cabida; y lo que todavía falta ver y saber en estos días que faltan.


¿Le pido algo, por favor?: Vote. Por quien usted quiera y crea, pero vote. Ejerza su derecho y cumpla con su obligación cívica. Abra los ojos y no se guíe sólo por intereses mezquinos. Sea un buen/a ciudadan@ y siga adelante. Dios es grande y nunca nos deja de la mano, ni el mal prevalece para siempre. A las grandes y pequeñas capillitas, también les llega su ley del Karmita.

Escribe: Guadalupe Elizalde

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