Buenos días querid@s lector@s. Escribo ésta deseando que estén bien, gozando de salud, con trabajo y rodeados de cariño. Como dice la canción, tengamos salud, dinero y amor, y demos gracias a Dios, al cielo o a quien proteja su vida. El título de esta entrega obedece a que durante la última semana los grandes y chicos del gobierno de México han dado en referirse a cuestiones a las que habrá que pararles oreja porque habrá consecuencias, y más vale que no lo agarren a uno mirando a las nubes y comiendo camote. Quizá el asunto más peliagudo es que la autonomía del Banco de México está en riesgo y con ello la política monetaria del país. Esto equivale a decir que don Arturo Herrera sería en un futuro un gobernador independiente, es decir, que estudiando el panorama y aquilatando la inflación que se nos vino encima como el invierno amenazante, con todo y la congelación inherente, Herrera tomaría las drásticas decisiones que quizá requiere el país, aunque con ello pusiera en “riesgo” relativo los últimos dos decires del titular del Ejecutivo. Y es que éste ha declarado que todas las obras emprendidas en este sexenio ( las mega obras que se ha propuesto concluir López Obrador), serán consideradas como materia de seguridad nacional; lo que quiere decir que nadie puede pararlas, ya sea por encuesta o por mayoría de razón. Los quejosos pueden quedarse con sus pliegos petitorios, que nadie les hará caso. Y es que, claro, no es lo mismo una cervecería en el norte del país que el “tren Maya”; oiga usted, como dicen los clásicos: todavía hay códigos postales. Y aquí entenderá usted dónde se unen las dos declaraciones. Si llegara a terminarse el dinero, ¿de dónde saldrá para cumplir con las obras mega que se ha propuesto terminar don Andrés? Y no se olvide que también está sobre el escritorio el propósito de los programas de ayuda en los que se sustenta el futuro de Morena en la presidencia, para el 2024. Si las dos empresas del gobierno, la CFE y PEMEX no dan para mucho, ¿de dónde saldrá el dinero? Ahí es donde la nueva Gobernadora del Banco de México, doña Victoria Rodríguez, nos mostrará quién es y de qué tamaño es su visión de Estado. ¿Sabe usted por qué? Porque este gobierno tiene el gasto menos productivo de la historia; de cada diez pesos que ingresan, sólo dos van a los sectores productivos del país. El resto se destina a las obras del sexenio o a los programas sociales. Sin desgarrarse la camiseta, échele cuentas y cálculos, aunque sea biliares. Pero no hay que hacer úlcera a media semana: ¿Escuchó usted lo que dijo esta semana el doctor Alcocer, titular de la Secretaría de Salud? Pues que ya tenía señales de que nos ahogaría la “Cuarta ola de Covid 19” ya en su fase Delta, pero que la prensa no tendría que enterarse. La gravedad de esta declaración es tanta que si hubiera en este país legisladores con pantalones y faldas, ya lo hubieran citado en la Cámara para aclarar varios puntos. El primero: si en Europa ya se ve venir una crisis hospitalaria y van a aislarse de nuevo, ¿qué vamos a hacer aquí si despidieron al personal contratado durante el pico de las pandemia? ¿Hay dinero para insumos? ¿Para medicamentos? ¿En qué estado están las máquinas concentradoras de oxígeno? Porque si Europa está en crisis no quiero saber cómo nos irá a nosotros cuando lleguen los contagios… Con eso de que no cerrarán los vuelos internacionales. Y por último ¿qué dijo el Secretario de la Defensa? Pues nada que no esperáramos. López Obrador es el jefe de las fuerzas armadas. Éstas están manejando el dinero y la construcción de las obras “maravilla” del gobierno, las que por decreto son materia de seguridad nacional. Andan por todo el país y están donde el presidente los manda. ¿Qué podemos esperar? Lo que hizo, lo que el ejército hace: un llamado a unirse debajo del paraguas del Poder Ejecutivo. Ése es su deber señor Secretario, pero los civiles, afortunadamente nos regimos políticamente de otra forma y tenemos el poder de disentir. Ojalá trabajen calladitos, sean leales, manejen con honradez los miles de millones que les han confiado y se limiten a llamar a sus fuerzas a hacer equipo con su Jefe Supremo. Eso no va con los civiles y se escucha mal. O, ¿usted qué opina, quedid@s lector@s? ¿Usted aprueba la militarización oficial del país? De: Guadalupe Elizalde.
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