Buenos días a l@s estimad@s lectoras y lectores. Con mucho gusto les saludo deseándoles todo el bien posible, como siempre.
Temas hay muchos y muy variados , por eso, a veces esta entrega se convierte en una miscelánea que quisiera llevarles la información más completa posible, pero es difícil, ya que la provocación temática en el país pareciera caer del cielo, a veces como copos de nieve y otras como granizo tamaño pelota de ping-pong. Apenas hace una semana mencionaba a las familias que acuden cada martes para reclamar medicinas para sus menores hijos con cáncer; de la señora que detuvo al presidente de la República para pedirle el surtimiento de las medicinas necesarias en el país y sus hospitales, y de la reacción de López Obrador “regañando” al titular del Insabi, el doctor Alcocer, quien recibió una dizque reprimenda a la que respondió días después que “en los próximos meses quedaría arreglada la falla”. Traducido al español, quiere decir que por ahí del año que viene podremos volver a hablar del tema.
No es que esta escribidora esté en el papel de mi abuelita, quien decía que todo tiempo pasado fue mejor, pero mi memoria recurre al pasado, en otros tiempos y otros partidos (no sólo el PRI), cuando el presidente del país daba una orden y se cuadraban desde el más alto hasta el último del círculo íntimo y no tan íntimo. Y más tratándose de temas socialmente sensibles como son muertes y enfermedades, de mujeres y de menores. ¡Qué esperanza que un secretario de estado en turno respondiera con un “déme chance unos meses más”, porque en ese momento se le cortaba la cabeza. Bueno, los secretarios que fueron de Gobernación no podían salir a cámaras ni poco planchados, menos despeinados o mal vestidos, ni cansados. ¡Cuidado y se quedaran dormidos en una conferencia del Ejecutivo! Y eso era respeto a la Institución, sin embargo, todo eso ya se perdió.
Es explosivo que falten los medicamentos en el país, pero lo es más el número de asesinatos que van en este sexenio, las desapariciones forzadas, el hallazgo de fosas clandestinas. La cifra con la que se criticaba a Felipe Calderón ha quedado más que rebasada. La conocida “Guerra contra el Narco”, sin que se sustentara en un estudio de “Inteligencia Nacional” confiable, puesto que muchos elementos estaban y están coludidos con el llamado crimen organizado; esa guerra, decía, ocasionó la pérdida de vidas humanas, pero la inacción en contra de esos grupos, ha causado mayores desastres, entre ellos, la tristísima migración nacional. Pueblos enteros de México han sido abandonados ante la amenaza de los grupos criminales. Por decirle algo: Zacatecas ya es invivible, áreas de Michoacán agonizan, y para allá van las zonas del Caribe mexicano.
Pero hay otras sub mafias: ahí está el huachicol que mis orejas dicen sigue casi igual, nomás que más discreto. Tan discretos son que hay casas construidas resguardando las tomas clandestinas. Rásquenle en Hidalgo, para comenzar.
Y en Puebla, de la forma más fea tuvimos que reconocer que ese huachicol también tiene la variante del gas. Recuerdo que cuando estaba joven, hace 30 años, hicimos un recorrido para ver y tomar nota de lo que eran las calles del entonces Distrito Federal sembradas de un montón de puestos de comida, miles de ellos con sus tanques medianos y pequeños puestos en cualquier sitio con conexiones hechas “a la mexicana” y si se requiere, pegadas hasta con chicle o cinta de aislar, en el mejor de los casos. Las ciudades de la RepMex donde este fenómeno se multiplica cada día, son unas bombas de tiempo. La explosión ocurrida en la vecindad ubicada en la colonia Popotla de la capital del país, nos muestra un nuevo vicio: tanques picados: Si la relación con las gaseras está rota, ¿quién va a vigilarlas a todas? El gobierno carece de capacidad y los concesionarios necesitarán dinero para suplir los tanques dañados. El gobierno no ha accedido al aumento. ¿Para dónde va todo esto? Y no se retirarán porque los propietarios de estos puestos y las mafias que los controlan y venden banquetas, representan VOTOS.
Punto aparte: este espacio de une con sumo respeto a quienes piden porque el estado de salud de la actriz Carmen Salinas esté mejor en todos sentidos.
Periodista Guadalupe Elizalde
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