domingo, abril 28, 2024

Desapariciones forzadas e impunidad en México

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En 2006 y 2012, en las campañas del entoces candidato a la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador, propuso crear una nueva Policía Federal comprometida con la sociedad. “Su formación se basada en la enseñanza de valores cívicos y morales y en el aprendizaje de técnicas de excelencia policiaca. Esta nueva policía gradualmente se irá haciendo cargo de las tareas que hoy llevan a cabo el Ejército y la Marina. Vamos a detener el desgaste de éstas importantes instituciones de la República. Me refiero al Ejército y a la Marina, que sólo deben ser usadas en funciones que mandata expresamente la Constitución, expresó.

En su campaña de 2018, nuevamente López Obrador criticó la estrategia de combate al crimen organizado a través del despliegue del Ejército y la Marina en las calles, sustituyendo a las fuerzas civiles policiales duraante los gobiernos de Calderón y Peña Nieto. Manifestó que “el crimen no se resuelve con más violencia, militarización, cárceles o leyes más severas”, y atribuyó la delincuencia a los “30 años sin crecimiento económico” (¡!).

Sin embargo, en un informe presentado el pasado 12 de abril por el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU de Derechos Humanos, que preside Carmen Roda Villa Quintana, como resultado de una visita que realizaron del 15 al 26 de noviembre de 2021, el órgano de expertos independientes instó a tomar acciones inmediatas para acabar con la impunidad absoluta y a instaurar una política nacional que sirva para prevenir esta tragedia humana.

Según el Comité, los responsables del crecimiento de las desapariciones en México son los propios servidores públicos, tanto del ámbito federal, estatal y municipal, como el crimen organizado, al que considera perpetrador central de las desapariciones, razón por la que “El Comité urge al estado mexicano a la adopción e implementación de una política nacional de prevención y erradicación de las desapariciones que aborde el conjunto de observaciones y recomendaciones presentadas en su informe.

Las desapariciones forzadas son “una cuestión generalizada” pues hasta el 26 de noviembre el número de personas registradas, víctimas de ese delito ascendía a 95.121, de las cuales 112 sucedieron sólo durante la visita del Comité, presentandose un crecimiento exponencial de 98% de las desapariciones entre el período del 2006 al 2021, la mayoría de ellos hombres de 15 a 40 años, aunque las cifras oficiales incluyen una creciente tendencia a la desaparición de niñas y niños a partir de los 12 años.

Como elemento importante de este fenómeno social destaca la tendencia al aumento de las desapariciones por la existencia de una impunidad “casi absoluta” ya que en México es un rasgo que favorece su reproducción, habiéndo denuncias judiciales hasta el 26 de noviembre del año pasado, sólo de entre el 2% y el 6% y se han emitido 36 sentencias en los casos dedicados a este delito a nivel nacional, provocando falta de castigo y de confianza en las víctimas.

No obstante, el presidente López Obrador, que como siempre, saca sus datos del morral según le convienen, más preocupado por prolongar su período en el gobierno que atender los grandes problemas de los mexicanos, se niega a reconocer que su mandato es un desastre, y ha criticado el informe elaborado por el Comité de Naciones Unidas que después de reunirse con autoridades federales y estatales, comisiones de búsqueda, familiares de víctimas y organizaciones de derechos civiles, demuestra las desapariciones forzadas en México.

“Ellos no tienen toda la información. No están actuando con apego a la verdad y ningún organismo internacional va a ponernos en el banquillo de los acusados si estamos actuando con legalidad, con humanismo, si no permitimos la corrupción ni la impunidad”. “¿Qué pueden hacer? Nada. Inventar, sólo inventar”, dijo López Obrador, activando su estrategia de confrontación y descalificación ante las críticas a su Gobierno.

Ya no es como antes. “Ya no es ese tiempo en que se usaba al Ejército para reprimir o para rematar heridos, como se hacía en la época de Calderón, o para desaparecer personas”. Y efectivamente, ya no es como antes, ahora las desapariciones, los “levantones, masacres y hasta fusilamientos se han multiplicado durante su gobierno.

Por Jerónimo Gurrola Grave

Dirigente estatal del Movimiento Antorchista en Querétaro

[email protected]

@jgurrolag1

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