Hace unos días, el destacado periodista Carlos Loret de Mola comentó en una de sus publicaciones que según le informaron sus fuentes, en una reunión de poco más de 70 personas a puerta cerrada, el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, y su coordinador de bancada, Rubén Moreira, ante los diputados que tenían en agenda la discusión y votación de la contrarreforma eléctrica propuesta por López Obrador, explicaron la postura oficial de la dirigencia del partido, les brotó la rebelión.
Mientras Alejandro Moreno, explicaba: “Hay que darnos tiempo, hay que esperar, hay que analizar, no hay que definir ahorita…”, posición que había adoptado desde que se abrió la discusión, es decir, “coquetear” con el gobierno y Morena, sin dejar de estar casado con el PAN y el PRD, en la Alianza “Va por México”, como compitieron en las elecciones del pasado 6 de junio, en la que rescataron varias posiciones en el congreso.
En eso, levantó la mano uno de los diputados para protestar ¿” nos están diciendo que en una de esas vamos a votar que sí a esta reforma al lado de Morena”? Y así la discusión se fue calentando hasta que, subiendo el tono, el dirigente nacional soltó a los diputados presentes, con algún acento de enojo: “ah, pues si quieren anuncien su voto en contra de la propuesta de Morena, hagan lo que quieran, pero luego no vengan a pedirme a mí que les pare su expediente en la UIF o en la Fiscalía”.
Viene esto a cuento porque efectivamente, como concluye el periodista Loret de Mola, el PRI es un partido vulnerable porque algunos de los diputados tendrán mucha cola que les pisen, y de allí la postura del presidente de ese partido, aunque seguramente, digo yo, hay diputados honestos, que sí están representando verdaderamente al electorado de sus distritos. Y si el gobierno morenista de Andrés Manuel López Obrador tiene pruebas de que entre los legisladores hay corruptos, ¿por qué entonces no los llaman a cuentas ante las instancias legales correspondientes y se les sanciona?
¿Presionar y chantajear a los diputados opositores con la amenaza de la UIF en manos de Don Guillotín y de la fiscalía, no es corrupción? ¿No es eso extorsión y terrorismo desde el poder? Con el bendito argumento de la corrupción, López Obrador, con su “rotanga” investidura de presidente de la república trata de imponer sus intereses apostando por los combustibles fósiles, con la construcción de la refinería Dos Bocas, que además de los 10 mil millones de dólares, 2 mil millones más de los programados originalmente, por el agotamiento y degradación ambiental, tendrá un costo mayor a un billón de pesos, equivalente a 4.5% del Producto Interno Bruto (PIB), según el Instituto Mexicano de Estadística y Geografía (Inegi), que se propuso mejorar con la propuesta de Reforma de Enrique Peña Nieto.
¿Cuál es la diferencia entre un corrupto de Morena y un corrupto de otro partido? Ninguna, son exactamente iguales. Como Pío, Martinazo, la prima Felipa, Bartlet, el priista exdirector de PEMEX, Emilio Lozoya, protegido de AMLO y el también su amigo, Napoleón Gómez Urrutia, emplazado por tercera vez por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, a regresar la friolera cantidad de 54 millones de dólares sustraídos de manera ilegal a los trabajadores mineros de su sindicato, ¿y por qué Morena no dice nada? ¿Pero en el México de hoy desafortunadamente así es la política?
En una de sus mañaneras el presidente afirmó que se dará a conocer los nombres de los legisladores que voten en contra de la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica. “Les digo a los legisladores, no es amenaza (pero amenaza) ni mucho menos advertencia, nada más que no va a haber anonimato, aquí tenemos que dar la cara todos porque se trata de los intereses del pueblo, que no estén pensando que van a votar en contra esta reforma que es para beneficiar al pueblo y nadie se va enterar, si no somos tapaderas aquí cada quien va a asumir su responsabilidad. ¿Y eso qué?
*Por Jerónimo Gurrola Grave*
*Dirigente Estatal del Movimiento Antorchista de Querétaro*
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