Sonrisas de fuego carcomen el ombligo de cantera
ante la temerosa complicidad de un águila sin vuelo.
Espasmos Inquietan los zumbidos del agua
en el vespertino consagrar de la melancolía.
Se desviste el eclipse de sudor y amor clandestino,
subordinado a las lagañas del viento.
Cae lento el oleaje de burbujas hilarantes
sobre risas arcoíris de gestos y murmullos.
Enjambres de algodones de azúcar
surcan el aroma a dulce infancia.
Pasos afilados brincan/danzan la fortuna
en la apresurada carrera de los años.
La escalera de globos eleva sueños,
arropados en brumas excitantes.
La tarde respira con algarabía,
entre piruetas frenéticas de colores
que dibujan el conjuro de posibilidades.
La campanada resuelve acertijos.
En la suma de las prisas.
la bicicleta pierde los frenos.
El tiempo se arruga en su cabalgata.
*Arturo Hernández*
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