El año 2022 se convirtió para Colombia en el año de la revolución democrática. Después de décadas de lucha, de guerra, muerte y desazón; la visión progresista, logró alcanzar el poder político en la tierra de Jorge Eliécer Gaitán. El país latinoamericano dónde la derecha administró el poder desde su independencia de España, vivirá tiempos interesantes. La oligarquía colombiana es poderosa, detenta el poder económico sin rival, en una nación de profundas desigualdades. El colombiano de Medellín, de Bogotá, no es el mismo de el de Cali, Cartagena o el Chocó. País diverso que tendrá como nuevo presidente a un ex guerrillero, luchador social de izquierda y como vicepresidenta a una líder de la minoría negra, madre soltera y premiada con el Nobel del medio ambiente el Goldman. Álvaro Uribe Vélez, es un político colombiano polémico, ex presidente poderoso, la corriente del “Uribismo” está en declive y el mejor ejemplo es que no pudo colocar un candidato fuerte en esta última elección. Iván Duque el actual presidente, fue un representante fallido de sus intereses, es buena noticia que una corriente política tan dañina apara la mayoría de los colombianos este en retirada, espero, por mucho tiempo. Gustavo Petro y Francia Márquez, son un viento de cambio que nutrirá las sabanas, valles, costas, serranías de este rico país. Pero es menester conocer, que no la tendrán fácil, el poder económico está fuerte y con ganas de revancha. El “Uribismo”, y los intereses de Estados Unidos vigilarán que sus intereses no sean afectados. Los medios de comunicación en contra y los representantes de los sectores del gran capital, así como, artistas globales, no apoyarán al gobierno. Todo esto se incluye con el factor de la división. Una Colombia dividida por la grieta de la incomprensión y la desigualdad, del odio alimentado de las noticias falsas y los medios de la derecha tanto impresos, radio, tv, etc. La gran Colombia está ante un desafió histórico, se le desea paciencia, cuidado, responsabilidad, profesionalismo y respeto a sus votantes a Gustavo Petro, sin duda, lo necesitara. En mi opinión, me da gusto ver en Colombia este cambio político, y deseo de corazón que se pueda generar el camino de su aplicación exitosa. Se vienen tiempos interesantes y sin duda, la relación entre Colombia y México, tendrá un impulso que será para bien. Hay que dejar las fracturas de la polarización y espero pronto visitar de nuevo este gran país, de gente inteligente, sensible y cómo dice su flamante próxima vicepresidenta Francia Márquez, que les gusta: “Vivir sabroso”. Que así sea. ¡Felicidades Colombia! Escribe: Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
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