jueves, mayo 9, 2024

La sabiduría de los abuelos vs tecnología

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San Juan del Río, Qro., Julio 07 del 2023.- Ahora que los calorones están al mil grados centígrados, creo que intentaré portarme mejor porque allá donde está el chamuco debe ser bestial. Empiezo con esta frase, porque platicando con un señor de “juventud con experiencia” me decía que ahora la tecnología ha hecho que los jóvenes no tengan idea de la sabiduría de los mayores y, esta plática nos llevó al rescate de esos relatos que se pasaban de generación, excepto a los jóvenes actuales que desconocen y no les interesa conocer los relatos de aquellos que hicieron historia.

Para empezar, hablaremos del tiempo y el clima: allá en Tula, Tamaulipas mi abuela, el último día del año enterraba una piedra a medio patio, por la noche salía y observaba el cielo para saber por dónde entraría el año, había muchas nubes en torno a la luna, poco a poco, las nubes como manada de borreguitos se concentraban en un solo lugar del firmamento y desaparecían, entonces mi abuela observaba y, de pronto por un determinado lugar aparecía una nube pequeña, como recién nacida y decía ella ¡Mira, ahí está entrando el año! Y como para no errar su vaticinio, también con vela en mano, miraba como la flama de la vela se inclinaba al lugar donde apareció la nubecita.

El día primero en punto de las doce, rezaba algo entre dientes y desenterraba la piedra, la analizaba y si ésta se encontraba húmeda, decía que sería un buen año, habría buenas lluvias, buenas cosechas, mucha fruta, si la piedra tenía gotas de agua, entonces decía que sería un año de mucha agua, inundaciones, se perdería todo. En cambio, si la piedra amanecía seca, sería un año de sequía, de hambres, de muerte.

Cuando una mujer estaba encinta, con solo verle a los ojos, sabía que estaba esperando y con sobarle la panza y mirar la forma, podía decir si era niña o varón.

Mi padre, era muy observador del cielo, miraba la luna llena y decía, observa la parte baja, aparece una rayita muy fina, esto quiere decir que no habrá lluvias, dependiendo del color decía, habrá problemas como guerras, violencia, como la cauda de los cometas que presagiaba guerras, sequías, prosperidad, pobreza. Era común que mirara al sol y dijera la hora, sin minutos, pero acertado. Hoy con esa lluvia que se dejó venir hoy recordé que mañana entra la canícula, y si previo a su entrada llovía decía que se vendrían lluvias abundantes, y creo que hasta ahora entiendo qué es eso de la famosa canícula, de acuerdo a la ciencia, la canícula es un cambio en el clima que se presenta en la última quincena de julio, dura cuarenta días y este año iniciará entre el primero y el día tres, se esperan días muy calurosos, debido a un aumento de temperatura, ¡Más!

También muchos de los dichos de la canícula es que se debe de tener cuidado de causarse una herida porque tardará mucho tiempo en sanar, también se dice que hay más muertes de niños, las plantas no florean, también algo alarmante es, que aumenta el número de suicidios.

Y ya entrados en el tema, hablaremos también de las “cabañuelas” ancestral método de pronosticar el clima, estas se presentan del primero al doce de enero, en el cual cada día es uno de los meses y así como se presenta, así será todo el mes.

También era común escuchar a mi abuela que tenía bastante ganado, que la vaca es el animal que mejor puede decir como será el clima porque cambian su comportamiento cuando se vienen las lluvias, se tumban en el suelo en grupos, por el contrario, el ch´urukinkuj, búho gritón cuando canta anuncia el fin de las lluvias, otra de las predicciones de la abuela es que antes que entrará un “norte” al puerto, el mar brama como si fuera un toro, entonces sabían que lo primero era asegurar puertas y ventanas y tener provisiones porque serían días difíciles. Mi madre cuando había tormenta de rayos quemaba un pedacito de palma bendita y yo sentía que se calmaban, de igual manera, cuando había una nube muy grande y negra decía que era culebra de agua y con un cuchillo hacia cruces apuntando al cielo, yo me burlaba y le decía que lo único que lograría haciendo eso era que nos cayera un rayo, obviamente se enojaba y me pegaba un buen regaño, por incrédula y burlona, me decía. Y, así podría enumerar muchas cosas más de la sabiduría de los “jóvenes con experiencia” que pocos sabemos, que gracias a la tecnología podemos buscar en internet y encontrar mucha información, sin embargo, el conocimiento vivo de aquellos que poseían esa información, que la vivieron, que lo experimentaron no tiene punto de comparación. Que importante sería rescatar estos saberes y registrarlos para que no se pierdan en el tiempo y se vuelvan obsoletos como tantas cosas que dejamos de hacer y vivir por entrar al mundo de las máquinas.
Escribe: Lorena Reséndiz

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