La marcha del domingo pasado donde la sociedad organizada y actores políticos, dijeron en todo el país, el INE no se toca, dejó observar diversas aristas, vamos a ver algunas de ellas, por ejemplo, la más importante la estrategia del propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien su campaña de desprestigio, de insultos y de amenazas a figuras políticas, vio el lunes con asombro quienes participaron y de los cuales no quiso opinar.
Si bien cierto, se dio cuenta de la aparición de Alito Moreno quien afirmó que no votará a favor de la reforma electoral, debe de ser un foco rojo para el Primer Mandatario del país, ya que anteriormente había comentado que estaría realizando su voto a favor, ante este cambio de opinión, anda viendo otras opciones como el que ya no sea una iniciativa de reforma Constitucional, sino una reforma a Leyes Secundarias que no contravengan a la Constitución Federal pero que le permitan poder modificar la estructura de los Consejeros del Instituto Nacional Electoral, proponiendo reducir su número y que sean electos por el mismo pueblo.
Aquí viene una noticia buena y una mala; la buena es que nuestro presidente actual del INE, Lorenzo Córdova Villalobos y el Consejero Ciro Murayama, quienes son los que han sido un obstáculo principal para que López Obrador haga de las suyas; abandonan el cargo el próximo año, en este caso, resulta muy oportuno considerando que no pudieran lograr pasar la iniciativa, si proponer personas allegadas a la 4T y con ello, equilibrar la balanza hacia su favor. La mala noticia, si no logra ese objetivo, puede considerarse una gran derrota preelectoral para la 4T.
Otro factor importante, es sin duda alguna la gran movilización que se logró observar en la ciudad de México, donde Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, quienes se supone tienen el control en la capital del país, vieron una gran concentración de personas, lo que puede decirse que hay focos altamente rojos para la sucesión presidencial en el 2024. Donde estos dos personajes ya no tienen mucha preferencia electoral como la presume el propio Mandatario Federal.
Por estas razones, debería de pensar en cambiar su estrategia el presidente Andrés Manuel López Obrador sino quiere complicarse el camino hacia el 2024, que cada vez está más cerca y en donde no solo ya no convence a la población en general sino que también está atravesando una serie de conflictos internos, donde señalan principalmente a Arturo Monreal como traidor y de haber incluso donó recursos económicos para la realización de la marcha del pasado domingo, aunado a los señalamientos de Layda Sansores.
Otro pleito es el que protagonizó hace unos días José Ramiro López Obrador; hermano del Presidente de México en contra de Adán Augusto López al decir que dejó Tabasco como si fuera su rancho. Claramente señalando que apoyará a Claudia Sheinbaum; y saliendo el propio Presidente mismo a deslindarse de la postura de su hermano.
Por lo pronto, viene el Buen Fin, el desfile de la Revolución Mexicana y el inicio del Mundial Qatar 2022, días en los que tendrá que meditar si cambia su estrategia, entiende que no han salido las situaciones como él ha querido y que puede perder la sucesión presidencial en el 2024. Veremos que pasa, el próximo 27 de noviembre cuando estará realizando una marcha con motivo de su cuarto año de gobierno, por mientras lo importante es que la oposición dio la sorpresa y reunió a miles de mexicanos en todo el país, habrá que esperar que sigue por parte de ambos bandos.
Escribe: Lino Serrano