jueves, noviembre 21, 2024

MORENA, podrida por la corrupción

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Incansable ha sido la campaña contra la corrupción de Andrés Manuel López Obrador, antes y después de su elección como presidente de la república, campaña por la cual, aún hoy, en tres años de gobierno, le ha valido mantener un alto grado de popularidad a pesar del caos que ha generado su gobierno en todos los rubros, incluidos el número de muertos por la mala atención a la pandemia por el coronavirus y la falta de resultados económicos, que tienen a las familias mexicanas sumidas en la más profunda de las pobrezas.

Sin embargo, era cuestión de tiempo. Como esa esperado y natural por ser un gobierno sin más principios que la ambición de poder, formado al vapor y con los políticos mas oportunistas y corruptos, en los últimos días las cosas han ido quedando al descubierto. Primero fueron los hermanos del presidente, Pío y Martinazo; Bartlet y su hijo León Manuel, la prima Felipa, la fábrica de chocolates de los hijos, Ana Gabriela Guevara, la expresidenta de MORENA, Yeidckol Polevnski, Napoleón Gómez Urrutia, el asesor jurídico, Julio Scherer, y muchos más, pero tres cosas me llaman la atención de manera especial.

Primero, los 966 contratos para la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía proyectada en 75 mil millones de pesos, que está siendo construido y será administrado por el ejercito por cuando menos medio siglo, obra icónica del gobierno de la 4T y especialmente del presidente López Obrador, en los que se descubrieron por la reportera Isabella González, de Latinus, desvío de recursos y operaciones que indican actos de corrupción. La investigación arroja que 7 de cada 10 contratos fueron por adjudicación directa, y los otros 3 se dieron invitando sólo a tres personas.

Se descubrió que un negocio de renta de juegos inflables aparece como proveedor de tractocamiones cuyo domicilio no existe. Una pequeña tlapalería en la colonia Tacuba de la Ciudad de México recibió contratos por 77 millones de pesos al suministrar medio millón de piezas: cisternas, material hidráulico y mangueras. Una compañía recibió ocho contratos dos semanas después de ser investigada por desviar 29 millones de pesos en caminos que nunca hizo. Una empresa más rentó maquinaria pesada por 19 millones de pesos en contratos, pero no existe la dirección que pusieron como sede, etcétera.
En segundo lugar, el acelerado enriquecimiento de Santiago Nieto Castillo, ex funcionario del gobierno de Enrique Peña Nieto, ex congelador de cuentas de opositores y criticos del gobierno morenista, y ahora ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). A Nieto Castillo colaborador de López Obrador, con un sueldo de 107 mil pesos mensuales se le ubican por lo menos tres propiedades: una casa adquirida en 2020, con valor de 24 millones de pesos (aunque se presume que vale más), ubicada en San Ángel, de la Ciudad de México; un departamento en Santa Fe con un valor mayor a 8 millones de pesos adquirido en 2019, una casa más en Querétaro con valor superior a un millón ochocientos mil pesos, adquirida en 2019, y un terreno supuestamente donado, por un valos de 5.5 millones de pesos, también en la capital de Querétaro.
Finalmente, la corrupción del Fiscal Gertz Manero. Según una investigación de Latinus, el secretario particular del fiscal, Alejandro Esquer, y su oficial mayor, Denis Vasto, aparecen en video como parte de una operación carrusel que maneja dinero en efectivo: entran a una sucursal, se forman, depositan fajos de dinero en efectivo, se vuelven a formar y vuelven a depositar para evadir las leyes contra la evasión fiscal y el lavado de dinero. Posteriormente, con base en una investigación del propio gobierno (UIF), se revela que en un solo año Gertz compró 122 vehículos de lujo con un valor superior a los 109 millones de pesos. Aunado a ello, entre otros muchos movimientos bancarios, en 2013, la UIF documentó que el fiscal recibió 4 millones de dólares en una cuenta del Bank of America y 37 mil 858 dólares por parte de la Universidad de las Américas A.C. Las multiples transferencias multimillonarios, obviamente, despertaron sospechas.
El atrevimiento del presidente Andrés Manuel de intentar dar lecciones a los mexicanos y al mundo de combate a la corrupción, no es más que un tremendo cinismo y desfachatez que no le queda.
*Por Jerónimo Gurrola Grave*
*Dirigente Estatal del Movimiento Antorchista en Querétaro*

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