lunes, octubre 21, 2024

Por si usted no sabía…  Veinte años vividos para morir

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Muy buen miércoles tengan las y los lectores de este espacio. Estamos muy contentas en casa, y tod@s en el Municipio de Corregidora y otros más, porque Tláloc se puso a trabajar y está enviando agua a nuestras agostadas tierras, todo bajo las órdenes del Patrón que es quien ve por la vida de sus hij@s y de todos los animalitos del semidesierto. Y hablando de animalitos: dicen que el Ángel de la Guarda de Donald Trump debe ser un espíritu que en vida admiró al pintor Van Gogh, porque el viraje que Trump dio en el momento en que el francotirador le apuntó a la cabeza, sólo lo hirió en una parte de la oreja, gracias a Dios.

   Desde el primer momento en que tuve a la vista fotografías de costado del perpetrador, Thomas Mattew Crooks, un muchacho de apenas 20 años, sentí pena por él. Poco a poco fueron saliendo datos de su vida al conocimiento público, una vez que él había pasado a “mejor vida” abatido por las fuerzas especiales que custodian a quien será candidato a la presidencia del Partido Republicano, de los EEUU.

   Existen tantas aristas en este caso que el trato de cada uno merece un espacio. Thomas fue un muchacho prógnata y esto sólo puede apreciarse en las fotos donde es tomado de perfil. A estas personas y a los sígnatas (condición contraria, por ejemplo los personajes de los Simpson, cuya mandíbula está por detrás de los dientes superiores) se les molesta mucho, además de que en algunos casos este defecto está relacionado con algunos síndromes conductuales que se parecen al retraso, aunque no siempre lo sean.

   Con un rostro más parecido al de un pelícano, en una secundaria o preparatoria donde todos los chicos son competitivos y las chicas eligen al mejor ejemplar, como suele suceder hormonalmente en la juventud, ¿qué oportunidades pudo tener Thomas Mattew Crooks? Con tanto bullying fue convirtiéndose en un joven silencioso y retraído; no lo sé de cierto, pero no es difícil imaginarse cómo llegó a este estado de ánimo retraído. ¿Era pasivo? No, por el contrario. Fue capaz de acumular mucho odio social, resentimiento; ideas de que salir al mundo no puede hacerse a pecho abierto, si no se hace bien armado con “algo” que responda las agresiones, a falta de ese “alguien” a quien confiarse; de quien lo tratara médicamente, y si no había dinero en la familia para ello, pues contar con el amor suficiente para defender y entender su “diferencia” y vivir con la calma de saber que no todos somos perfectos ni bellos. Por estas razones siento pena por él: imaginar cómo vivió y saber de qué forma murió. Pero de él sabemos un poco más: quiso inscribirse a una academia de tiro y no se lo permitieron, al parecer porque no dio el perfil conductual que se establece como requisito; en ese caso hicieron bien, pero fue otro rechazo acumulado en su vida. Se “escondió” trabajando en un asilo de ancianos, lugar en el cual las personas son agradecidas con cualquier atención que se tenga para ellos y ellas, tan olvidados y solitarios como Mattew. Imagino que con su salario pudo tomar clases de tiro, hasta sentirse con la confianza para hacerse con el rifle de largo alcance R-15 que, se dice, pertenecía a su progenitor.

   El joven, ¿era muy listo? ¿Quería matar a Donald Trump? Son preguntas que le hago a ustedes tras estudiar sus movimientos. Y no estoy segura de la respuesta. No es de persona muy sagaz estar paseándose por el segundo círculo de protección del Servicio Secreto y ante la vista del FBI y la policía local, con una mochila cuyo contenido era un rifle semiautomático. Se dejó fotografiar dos veces por la policía local y hasta alertaron de su presencia. Personas asistentes en el mitin de Butler, Pennsylvania, también lo fotografiaron y avisaron a la policía de la presencia sospechosa del joven.

    Hasta ahí, lo que quien esto escribe piensa, es que Thomas buscaba que alguien lo detuviera para no tener que llegar tan lejos; también creo que su plan C era el suicidio. ¿Cuál era el plan B? Lo sucedido en la escena: ser acribillado por los francotiradores del SS, pero asegurándose una primera plana en la cual apareciera él, quizá por vez primera, como personaje central de una “historia”. A estos personajes de les conoce como “eróstratos”, caso del asesino de John Lennon, y de la asesina de Selena Gómez Quintanilla. Si lograba salir con vida después del atentado, ¿qué seguía? Quizás tomar el auto en el que llegó, en donde portaba los explosivos y hacerse volar en un lugar muy especial para él, que dejara en la memoria de las personas lo triste que fue su vida y la responsabilidad que habían tenido en ello, alguns/os. Thomas Mattew tenía un deseo mayor que matar, y éste era morir.

   Escribo esta hipótesis porque se trata de un joven como cualquiera. Podemos tenerlo cerca; no se hizo nada por él. Tuvo padres indiferentes o ocupados para medir su dolor. Escribo porque quiero entender por qué tanta gente joven se pierde en estas historias imposibles. ¿Usted qué piensa? ¿Cómo vive este drama humano?, O ¿ya se enredó con las fallas del Servicio Secreto, el FBI y demás involucrados en este atentado?

Escribe: Guadalupe Elizalde

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