Deseo de corazón que la guerra en Medio Oriente no nos toque, aunque si se tienen ojos, oídos y sensibilidad no hay cómo sustraerse al horror de una guerra que no es nueva. Muchos tenemos amigos, conocidos, admirados o queridos que nacieron en Israel o practican la Religión Judía, y también en mi caso he tenido la oportunidad de conocer a pensadores y políticos palestinos que han pugnado por la paz. Mis respetos a ambos.
Para que usted se imagine de cuánto territorio estamos hablando, la Franja de Gaza mide 41 kms de largo por 10 kms de ancho. Es pequeña, sin embargo en este territorio viven más de dos millones trescientos mil habitantes. Gaza se ubica en la parte sur de Israel, lindando con Egipto, y esa porción de tierra con salida al mar está gobernada por un grupo islámico extremista llamado Hamas, mismo que tomó el poder desde 2007 sin convocar a elecciones. Esto provocó que el resto de palestinos “demócratas” realizaran protestas inútiles. Para que usted se dé una idea.
Cuando se fundaron ambas “naciones” y se les reconoció como Palestina e Israel, el Producto Interno Bruto (PIB) de ambos era igualitario. Israel se fue desarrollando y creando tecnología, ciencia y artes, en tanto los palestinos fueron quedándose atrás, porque Hamas restringe el movimiento de la población civil y se oponen al progreso; también, en otras áreas los palestinos van a trabajar a Israel y regresan a sus casas. Sin embargo, esta convivencia pacífica siempre ha sido tensa, desde la guerra del Yom kipur (6 de octubre de 1973, hace 50 años).
Para ubicar qué ocurrió hace 5 días explico que Israel construyó una espacie de territorio de defensa para prevenir los ataques de cohetes e incursiones de los yihadistas. Esta franja está dedicada a mantener sembradíos y granjas. Ahí están los famosos Kibutz de los cuales seguro ha oído hablar. Los palestinos indoctrinados por Hamas no pasan de 19 o 21 años y son la carne de cañón mandada a morir para irse a los cielos con las huríes (según les dicen). A la suma pobreza de Gaza ahora se ha sumado el horror de no tener agua, luz ni comida, como es de suponerse pues todo llegaba de Israel. Para colmo, la ayuda que enviaba la Unión Europea en dinero y especie se suspendió: benefician a los líderes de Hamas y no a la población.
El sábado pasado hubo un festival de música en Re’im. Llegaron atacantes de Hamas y ahí asesinaron a una 300 personas, y de ahí mismo se llevaron rehenes que no se sabe si aún viven. De ahí avanzaron a las granjas y masacraron a ancianos, violaron mujeres, torturaron minusválidos, los asesinaron y exhibieron los cuerpos; omito mencionar que hicieron con 200 bebés. Esta nota no desea ser “roja”, pero la sangre escurre por más que una no lo quiera. Esa noche, Hamas disparó, además de drones y misiles 5 mil explosivos en los linderos de Gaza/ Israel y envió unos dos mil efectivos al ataque.
Ahora las cosas están peor para todo el mundo, sobre todo para los civiles inocentes: Hamas de unió a la Yihad Islámica (extremistas de la guerra santa). La Yihad está apoyado por Irán que ha negado intromisión en el conflicto. El ejército israelí ha recuperado casa por casa para hallar a los guerreros escondidos, lo que indica a las claras que Israel está entrando por tierra; es decir, barren Gaza… y duele el alma.
Quiero dejar claro que esta no es una nota proselitista, pero tampoco puedo negar que Israel tiene el derecho a la defensa, como a lo largo de 75 años lo han tenido ambas partes. Ni Hamas, ni los Muyahidines de la yihad, ni el ejército israelí, ni los talibanes; ni tampoco el movimiento Hezbolah de Líbano o ninguno que vea al mundo en blanco y negro, en el cual ellos son todo y el resto irá al infierno, merece dirigir ninguna Nación.
Quiero cerrar despejando una incógnita. Se dice por ahí que a la defensa israelí le convenía no prevenir este ataque, para iniciar una guerra. Nada más falso. Mahmoud Abbas es el presidente de Cisjordania y está por la paz, pero carece de poder sobre el líder de Hamas, Ismail Haniya, responsable directo de este ataque. ¿Qué ocurría en el ámbito internacional? El presidente Isaac Herzog y el primer ministro de Israel Benjamín Netenyahu, estaban en buen camino para lograr un ambiente de concordia en el Oriente, con los Emiratos Árabes, Sudán, Arabia Saudita y unir los intereses para elevar el PIB en la región y ayudar a los refugiados. ¿Este arreglo de conviene a los extremistas? ¡Por supuesto que no! Por ello eligieron la noche de la fiesta de la Pascue Judía, (Pesaj) de la esclavitud. Una respuesta israelí a la altura del ataque de Hamas, merecería del mundo el sometimiento de ambos a las leyes de Guerra, pues ambos se han portado ilegítimamente y lo que ahora hacen, matar a los civiles de hambre, es ilegal. ¿Quién le va a entrar? Porque de lo único que escucho hablar es de venganza.
Escribe: Guadalupe Elizalde
