¿Usted cree que puede darse un golpe de estado en una entidad –oiga bien- sólo en una entidad del país? No, eso no existe, como diría mi abuelita. El “golpe” al que se refiere esta expresión es a todo un Estado, es decir, a la cabeza de un gobierno representativo de todo un país. Por más que mil vacas mujan todo el día, mugir no es hablar correctamente. Asevera el Ejecutivo que va a inaugurar, junto con Samuel García, algún asunto en la Presa el Cuchillo (16 de diciembre), ¡quién les cree si las presas están vacías! La solución presidencial es tan festiva como aquélla del Viaducto Piedad: Cuando le avisaron al Regente que en el Viaducto de la Ciudad de México ya no cabían los autos, respondió con frívolo, si no hubiera resultado trágico: “Ah, ¿no caben? Pinten otra raya”. ¡Horror!, porque en aquellos años los autos Ford Continental, Cadillacs y demás “lanchones”, pasaban junto a una como coloridas amenazas de colisión lateral. Lo mismo andarán haciendo el boceto de Gobernador de Nuevo León, Samuel García, y el presidente de México: Colocarán otro tubo a la presa casi vacía. Y tan es cierto que en partes de Monterrey no hay agua, no se diga en los municipios.
Dice mi abuelita que jamás pensó que López Obrador tuviera un “mini me” (otro yo) en Monterrey. -¿Será por eso que lo quiso tanto y tan rápido? -“No”, replicó mi abuelita, “un presidente termina por no quererse más que él mismo”. Y eso sí está probadísimo por esta escribidora y mi abuelita. Ellos te ven y se preguntan: ¿Me sirve? Y Samuel, con una personalidad tan parecida al otro se dice: ¿Cómo que no se puede? “Si no me abren la puerta la abro a golpes o me atrinchero entre rejas y con la policía para hacer la faramalla”. “Mis enemigos son tan peligrosos que miren qué me obligan a hacer”. Pero el autollamado “fosfo”, mini me. En unos días que pidió permiso para salir de Monterrey se desnudó completo. Si no se hubiera dejado “enamorar” por Amli y se hubiera enloquecido viéndose como próximo presidente, jamás hubiéramos podido ver qué clase de déspota se acuna en este joven político. La Virgen de Guadalupe si hace milagros.
Toda su mini campaña fue una mentira: Nunca estuvo en 2º lugar, pero sí hubo quién le cuchareó las encuestas. Nunca pensó en el bien de Nuevo León; desde el momento en que pidió licencia por seis meses (no de uno a seis meses); sabía que iba a regresar derrotado pero con una campaña por delante (popularidad). Por lo mismo es otra mentira que regresa “porque nunca le dejaría al Prian el estado de Nuevo León”. Visiblemente, Samuel Garcia y su esposa Mariana salieron como franco tiradores. Si el Prian es el enemigo a vencer, le estaba tirando al Frente; aunque si las palabras fueran puñales, moriría la mitad de los Morenos y casi todo el equipo de Claudia Sheibaum, quien ya se trajo hasta a ¡Corrales y Murat¡ ¡bola de falsos/as!
Pero lo más grave de todo fue su mentira pública, cuando salió a un parque con una hojita de papel y le hizo creer a los reprobados en este malhadado “sistema educativo” que los legisladores del PRI y del PAN le estaban haciendo manita de puerco y con ello habrían reventado su campaña; mentira que le vino como anillo al dedo a López Obrador, quien de inmediato lo alzó (el dedo) para decir: “Ya ven, es cosa de pesos y centavos, son ladrones y politiqueros; son los mismos corruptos de siempre”.
Once puntos, aseguró Samuel García, le habían exigido para torcer su voluntad, y lo explicó con más mentiras. La pregunta a hacerse -si usted no ha reprobado el examen PISA- es: ¿por qué amurallaron el Palacio de Cantera? Porque el desgobernador no quiere que se aplique el presupuesto de 2, 500 millones ya aprobado por el Congreso; se niega a nombrar al fiscal, no nombra al auditor y también resulta que los presupuestos que han aprobado los diputados y senadores no se han publicado en el Periódico Oficial; usted sabe –porque ha leído- que si estas cosas no se publican por el gobernador, no existen. Éste y otros problemas como la falta de agua y el aire más contaminado del país son verdad: la insuficiencia de transporte público, la escalada de la inseguridad; el crimen organizado; grupos de poder, impunidad, municipios pobres y sin dinero ni para pagar salarios y menos aguinaldos.
Todo este dinero ya asignado, ¿en dónde está? Eso, más el despacho del padre del gobernador y otros apellidos que son como cedazos para atrapar dinero, es lo que hizo regresar a Samuel “vayviene”.
Por cierto, ya había contratado una deuda de 18 mil MdP, ¿Qué haría con ello? ¿Cubrir sus desfalcos o pagar su campaña? “¡Qué asco me dan!”, suspira mi abuelita. No olviden a Acapulco, por favor.
Escribe: Guadalupe Elizalde