jueves, noviembre 21, 2024

¿Quién le teme a la verdad? IdeasqueAcomodaneIncomodanDeLorena

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En un grupo de personas, se preguntó ¿Cuáles eran los paradigmas que se mantienen?
¿A qué se le tiene miedo?
¿Cuáles son las fobias más extrañas?
Dentro de esa charla que pronto dejó de ser trivial, todos hablaron de sus miedos, sus fobias, sus historias, sus traumas de niños, de grandes, de viejos. Una persona solo observaba y se mantenía callado, los demás al verle se extrañaron de que no participaba, no emitía ninguna opinión sobre la animada plática de los demás, al preguntarle su opinión de la temática sobre la mesa, él solo se encogió de hombros y dijo que a lo único que se le debe temer es a la verdad. ¿La verdad? Repitieron todos extrañados, este hombre volvió a afirmar, sí, todos deberían temerle a la verdad.
Mucho se habla, se dan consejos, se enarbola como una parábola y la verdad, nunca suele ser verdad.


Cuando me miro al espejo, me miento al decirme que me veo bien, no me digo la verdad de lo que ahí se refleja, mi cuerpo al que el tiempo le cobró la factura, mi cara, mi pelo, la verdad de lo que ahora soy prefiero no decirla. El médico que se la pasa diciendo que nadie sabe cuidar su salud, que bajar de peso es saludable, alimentarse correctamente es la obligación de todos para evitar enfermedades, resulta que sale todos los días a fumarse un cigarrillo, a comprar su refresco de cola, sus taquitos repletos de salsa.


El político que dice al pueblo que está para ayudar a todos los necesitados, come lo que come el pobre, sonriendo para la foto, promete muchas obras, ayudas, dice que será un buen gobernante, que estará al alcance de todos, regala lo que está a su alcance, dice ser del pueblo para el pueblo, y no dice jamás la verdad, que ni le gusta comer en la pobreza, que en cuento puede se sacude los besos, abrazos y promesas, que cuando llegue al poder se olvidará de todo aquello que llevaba escrito en un guion hecho por la secretaria o el encargado de campaña, que no va a estar disponible para nadie.


El sacerdote que en el sermón enarbola que es el representante de Cristo en la tierra y no lleva la vida que Jesús mostró, que cuando escucha al que se confiesa decir sus pecados, algunos le dan risa, en otros bosteza con aburrimiento y otros ni le interesan, habla del pecado como algo mortal que no te llevará al cielo y te condena al infierno, y él peca de soberbia, de ego y también de pecador.


Los veterinarios que dicen que los perros viven años diferentes a los humanos, que ven en colores primarios, que los toros ven en blanco y negro y no dicen la verdad, ¿Quién de ellos ha sido perro o toro para decir que es cierto que así ven la vida?


El maestro que le dice a las madres que su hijo va avanzando, que le eche ganas, que él puede y la verdad es que el niño ni le gusta leer, ni escribir, a veces la escuela es lo que no está en su lista de intereses, que miente a la mamá que no dejaron tarea, que el maestro es muy malo, que eso que le preguntan jamás se lo enseñaron y la verdad, es que la verdad brilla por su ausencia.
El abogado que, entre copias y copias, alegatos y pruebas fallidas no puede sacar al acusado del problema, y si lo logra quiere honor y gloria y por supuesto una buena remuneración económica.
La adivina, que cuando va la clienta a preguntar si el marido la engaña siempre resulta que una güera es la culpable y por ella el susodicho la deja sin quincena, ya no le hace piojito y la ve como la bruja del cuento.


Y así, la verdad se va perdiendo, entre las amigas, los compadres, los profetas, y todos aquellos que dicen hablar con la verdad, y la verdad, nadie dice la verdad. ¿Usted, qué verdad ha dicho que no es verdad?

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