La Habana.-Pintarrajeada como cortesana, envuelta en húmedo calor cual abrigo esmeralda, lamida la orilla de tu falda por la espuma. El Morro defendía tus entrañas.
New York.- Puerco espín de rascacielos.
Manhattan.- Nutria cercada por el agua.
Antigua, Guatemala.- Ciudad custodiada por volcanes, vida que entra y sale por su puerta; por sus empedradas calles circula la nostalgia.
París.- Dios te dio la luz para vestirte. Una dama de metal custodia la sierpe de agua del Sena y Notre-Dame sostiene tus atardeceres ensangrentados cual alfombra.
Roma.- Ciudad-mujer que se entrega feliz a los turistas, alegre noctámbula que se refugia en catacumbas y su foro es osario de piedras legendarias.
Venecia.- Princesa de las aguas, islas de luz sobre un valle de espejos, lánguidos canales cual arterias por los que circulan tus góndolas, navegantes catafalcos.
Japón.- Archipiélago durmiendo su alma en el oceáno, el monte Fuji incensario envuelto en un traje de nubes.
Reino Unido- Aristócrata de elegantes ademanes, país ancestral de castillos embrujados. El Big-Ben, celoso vigía del transcurrir del tiempo como faro.
Ciudad deMéxico.- Hechicera maga de presagios, alma y pies de agua, hiératica ciudad enmarañada multiplicada infinitamente en su reflejo, sol lavando con luz sus misteriosas calles, puñal de piedra goteando sangre de infinitos sacrificios.
Escribe: Fernando Roque
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