A mi amigo Pablo Olivares Q.E.P.D. con eterno agradecimiento por su amistad.
Edmundo González Llaca
Como todo queretano que nació el siglo pasado crecí con tres sueños: que Querétaro tuviera un equipo de futbol en primera división; que el Río lo remodeláramos para dejarlo como un gran atractivo turístico, y ecológico, como el río de San Antonio y, finalmente, que tuviéramos un tren eléctrico México- Querétaro, en ese momento llamado tren rápido. Pertenezco a la secta inaugurada brillantemente por Monsiváis: “Díganme donde hay una causa perdida para inscribirme” En las tres causas, no puse mi granito de arena, que sería muy presuntuoso, simplemente metí mi cuchara.
Iba a los partidos de futbol de los Gallos Blancos desde que jugaban en el estadio municipal, arriesgué algunas veces mi integridad física y los acompañé fuera del Estado a enfrentarse con su rival acérrimo, los cajeteros del Celaya. Desde hace algunos años el equipo nos tiene con el Jesús en la boca, ´pues ha estado a punto de descender. Como sucede en la política nacional, el equipo tiene una afición leal y abnegada, muy superior a los jugadores y a sus dirigentes.
Con un histórico y destacado panista, Alfonso Adame y mi recordado e inolvidable amigo Gonzalo Ruíz Posada, presentamos un incipiente proyecto para rescatar el Río Querétaro. Incluso me permití traer a altos funcionarios de la Embajada de Canadá, país que estaba interesado en financiar el proyecto. Propuesta, que imagino, ya está cubierta de polvo o se la comieron las ratas.
Lo del tren eléctrico es una telenovela de varios lustros. También hice mi luchita, al principio con aparente éxito, pues tenía antecedentes que me avalaban y hasta me daban cierta autoridad. Después de una tormentosa batalla, como diputado federal por Querétaro, pude rescatar los Alcanfores para integrar esa zona verde para la ciudad. En esta cruzada intervinieron para difundir el caso, los periódicos Excélsior y Noticias de Querétaro; gracias a esa difusión nacional y local, el Presidente Miguel de la Madrid, ordenó a Manuel Camacho Solís, entonces Secretario de de Desarrollo Urbano y Ecología, que resolviera el asunto. Definitivo el apoyo del entonces gobernador, Mariano Palacios Alcocer. Fue una ardua batalla, porque el entonces Director de Ferrocarriles de México, no diré su nombre pues ya se murió y no puede defenderse, pero decía que primero renunciaba antes de permitir que se desmembrara el patrimonio inmobiliario de Ferrocarriles, al final tuvo que ceder y tampoco renunció.
Cobijado en ese éxito, insisto, compartido, ganamos los Alcanfores, me lancé a cumplir la última causa. Ahora el tema del tren eléctrico ha sido resucitado, pues la corcholata favorita del Presidente, Scheinbaum, Lady Anticarisma, prometió que estaría en su agenda electoral. El Presidente, que ya en sus delirios de confundir entre gobernar y echar relajo -en su última puntada, puso a jugar a las sillas a los representantes de los otros dos poderes, cambiándoles los lugares- declaró que no consideraba que en su gobierno se cumpliera el proyecto del tren eléctrico. Vagamente dijo que al parecer ya estaba aprobado lo del tren eléctrico y que iba a ser el gobierno Chino quien llevaría a cabo su realización, pero que se opusieron nuestros vecinos los Estados Unidos y se frustró. Eso dijo el Presidente, adivinar si es cierto. A estas alturas le creo más a Jaime Maussan cuando habla de extra terrestres.
Diría otro clásico, “haiga sido como haiga sido”, la promesa de un tren eléctrico México- Querétaro estará en la agenda electoral de los precandidatos a la Presidencia de la República y, en consecuencia en los candidatos a la Presidencia Municipal de Querétaro y San Juan del Río. Quisiera compartir mi experiencia respecto a la gestoría que hice ante la Secretaría de Comunicaciones y Ferrocarriles de México. El Señor Gobernador Mauricio Kuri y por supuesto todos los precandidatos a la presidencia municipal, deberán tener voz y voto en esa posibilidad del tren eléctrico y quizá las explicaciones que en esa época me dieron, les puedan servir. Lo del tren es algo muy atractivo, eso de hacer menos de dos horas a la ciudad, es fenomenal. Extraordinario no circular en esa bomba de tiempo que es actualmente la carretera, pero ¡Aguas! El tren podría ser un dulce envenenado, que podría repercutir negativamente en todo el Estado. Obviamente, la más interesada en asumir una postura, sería Guadalupe Murguía, que va en caballo de gobierno. Si el señor gobernador, además de apoyarla, y si ya no la boicotea asestándole el choteado y perturbador apodo; “La dama de hierro”, a estas alturas de la contienda pareciera la precandidata más fuerte.
Luego le sigo.
Escribe: Edmundo González Llaca