En esta ocasión en que comparto mis letras, mis pensamientos, con las personas que amablemente me leen cada semana, lo hago con el corazón apachurrado, con miles de ideas haciendo ruido en mi cabeza y sobre todo, esperando que cada vez más y más personas lean lo que se escribe, de esta manera llegaremos a concientizar y tocar el alma de muchos seres que necesitan escuchar y ser escuchados.
En mis largos años de docente he vivido y sufrido con las historias de mis alumnos, son tantas, que podría escribir no solo un libro de muchas hojas, sino una enciclopedia, cada niño que ha pasado por mi vida, ha dejado huellas en mí, en algunos casos he sido mediadora y se han logrado grandes cambios, no podría decir que en todos, pero sé, que también he dejado un poco de mí en esos pequeños que confiaron y me abrieron un espacio en su vida. Esta vez, compartiré una sola frase de una niña de 2º grado que asiste a mis clases de nivelación. Al realizar una actividad les pedí que escribieran cuál ha sido el mejor regalo que han recibido y cuál es el mayor deseo que les gustaría recibir, sobre todo en estos tiempos de la pandemia; al revisar los escritos de tres compañeras más del mismo grado, hablan de que el mayor regalo ha sido una mascota, una muñeca, la Tablet, esta pequeña escribió que el mejor regalo que ha recibido es un hermanito, las otras niñas escriben que el mayor deseo que tienen es regresar a la escuela, tener una computadora, salir de viaje, esta niña de quien hablo escribió que el mayor deseo que tiene en la vida es *recibir un abrazo de su papá.*
Por un momento no supe que decirle, se hizo un nudo en mi garganta, después le pedí que me platicara por qué ese es su mayor deseo, es muy elocuente al hablar, pero sentí en esa vocecita inocente una velada tristeza, me contó que ella no conoce a su papá, su mamá no le ha dicho quién es, cómo se llama, dónde vive, desea conocerlo, saber cómo es si se parece a él, si tiene unos abuelos, tíos, primos como sus amiguitas, pero lo que más le gustaría sentir, es ese abrazo que dan los papás.
Como adultos creemos que los niños necesitan juguetes, paseos, cosas materiales y todo aquello que se les ocurre pedir, sin embargo, también sabemos que existen cosas que el dinero o el poder no pueden comprar, es importante conocer el interior de cada niño, sobre todo, aquellos que carecen de una figura importante en su vida. Constantemente escucho decir a mujeres que son “padre y madre para sus hijos” que no necesitan de un marido, de un hombre que las mantenga, que son capaces de darle a sus pequeños todo y sin intención de ofender, esa es la mentira más grande que como mujer y madre se puede decir. El hecho de que la mujer trabaje, mantenga a sus hijos, se haga responsable totalmente de ellos porque el padre no lo hace, no quiere decir que supla la figura paterna, la madre es la madre y podrá darle a los hijos todo aquello que le pidan, todo lo que ella sea capaz de proporcionarle, pero la presencia de un padre no podrá dárselo. También conozco el caso de mujeres que buscan un padre para los hijos que tienen y lo único que consiguen es en muchas ocasiones hombres que no les interesa en lo más mínimo los hijos de su pareja, los exponen a situaciones de violencia, peligro, violaciones y desórdenes mentales. Debo reconocer también a esos hombres que conocen a una pareja con hijos y se convierten en verdaderos padres que aprenden amar a esos niños, los respetan y los guían, contados pero existen.
Cuantos hombres han embarazado a mujeres que creyeron en ellos, que se enamoraron, que gestaron en su vientre un hijo y que son dejadas a su suerte, que simplemente se van sin conocer el rostro de ese ser indefenso, al que le niegan el derecho de darle lo que le corresponde, los derechos de los niños dicen que tienen derecho a tener una familia, ¿Cuántos se van dejando a sus hijos en el más completo abandono? ¿Se preguntarán alguna vez si esas criaturas tienen rostro? ¿Serán en verdad insensibles para no acercarse al pequeño que lleva sus genes, su sangre, quizá su parecido? ¿Alguna vez se cruzarán en su camino si conocerse? ¿Sabrán si esos niños tienen deseo de un abrazo, de saber quién es su padre?
En mi labor de maestra he escuchado a mis alumnos decir que no tienen papá, me he sentado a su lado y les cuento una historia, les platico que todos tenemos un papá, pero que existen papás que no están preparados para criar y estar al lado de un hijo maravilloso, que les da miedo y se van, quizá, si la vida lo permite algún día lo conocerán, y si no es posible, ese papá existe en algún lugar pero se perdió en algún camino y no encontró como regresar, ¿Por qué les digo esto? Porque todo niño tiene la ilusión de tener a esa figura en su vida y sobre todo para que no repitan la misma historia. No soy nadie para dar consejos, solo te pido a ti, a usted que me lee, si por alguna razón dejó a un hijo sin darle la oportunidad de conocerlo, acérquese a él, búsquelo, sus diferencias con la madre son de dos adultos, su hijo tiene derecho de saber que existe, que tiene un padre, nunca es demasiado tarde para reparar los daños, siempre recuerde que a veces, lo que un hijo pide es *un abrazo de su padre.*
De Lorena Resendiz
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