De acuerdo con información del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la educación a distancia sigue sin llegar a unos 200 millones de niños de 31 países de ingresos bajos y medios que no están preparados para recibir educación durante los cierres escolares debido a situaciones de emergencia. Entre ese grupo de estudiantes, 102 millones viven en 14 países que han mantenido total o parcialmente cerradas sus escuelas durante la mayor parte de la pandemia, dejando a muchos escolares sin ningún tipo de educación. La situación de los niños y las niñas en América Latina y el Caribe es muy crítica. Dos de cada tres menores siguen sin asistir de manera presencial a clases, y la UNICEF ha advirtido el riesgo de que estos niños y niñas podrán sufrir violencia o caer en manos de las pandillas, grupos al margen de la ley, la trata de personas o empezar a trabajar desde muy jóvenes. El Fondo de Naciones Unidas resaltó que durante la pandemia, América Latina y el Caribe han tenido más tiempo de cierre ininterrumpido de escuelas que cualquier otra región del mundo, por eso “la educación virtual debe continuar y mejorar”, ya que el cierre generalizado ha causado la mayor interrupción del aprendizaje en la historia moderna de la región. En el mismo sentido, especialistas en educación del noticiero internacional RT, informan que la Covid-19 deja grandes huellas en la educación, debido a que más de 647 millones de niños aún no tienen acceso pleno a la enseñanza por diferentes factores relacionados con la enfermedad, y los que han podido incorporarse a los estudios han quedado rezagados, resultando afectados los estudiantes de familias de escasos recursos económicos. ¿Qué pasa con la educación en los colegios cerrados, sin acceso a las clases presenciales? Son 647 millones de niños a nivel mundial, y Latinoamérica y el Caribe representan una de las tasas más altas del mundo sin clases presenciales. Las consecuencias de la pandemia son la pobreza de aprendizaje en países con ingresos bajos y medios, alcanzando a más de un 70 por ciento de niños de 10 años que no podrán adquirir las habilidades básicas de lecturas y 10 millones de niñas que abandonan los centros educativos están en riesgo de casarse. El período promedio de cierre de escuelas en América Latina es también un factor clave. Muchos países debatían si debían o no abrir los centros educativos, si se mantenían en régimen presencial o semipresencial, donde la educación a distancia ha jugado otro rol, resultando un promedio de 48 semanas, uno de los más largos del mundo. En Aruba por ejemplo, los centros educativos permanecieron cerrados 13 semanas, mientras que en el otro extremo, en Bolivia han permanecido cerrados durante 69 semanas, resultando con grandes pérdidas de aprendizaje. Hay 3.1 millones de menores de educación preescolar y básica, además de jóvenes de educación media superior y superior que están en riesgo de abandono escolar consecuencia de la pandemia. Esta situación ha creado nuevos desafíos para la política educativa. Se necesitan nuevas estrategias a corto, mediano y largo plazo; y el principal reto es que los gobiernos hagan grandes inversiones financieras para organizar un proceso educativo de alta calidad como la digitalización y la flexibilidad de oferta educativa. Los desafíos de este 2022 en el terreno educativo son importantes para no perder una generación de niños y jóvenes, pero en México nada funciona. Se ordenó que este lunes 3 de enero de 2022 inicien las clases presenciales, pero el gobierno ha dejado todo en manos de Dios. No tiene estrategias de ningún tipo como recomienda la UNICEF, para evitar que niños y niñas sufran violencia, se integren a pandillas o se incorporen al crimen organizado. Con 56 por ciento de vacunación de mexicanos y casi medio millón de muertos, se sigue negando a vacunar a los menores de 15 años, y como se ve en el presupuesto de egresos 2022, no hay inversión especial programada para el acondicionamiento de escuelas, mucho menos en digitalización para educación a distancia. Es imposible mejorar la educación con un gobierno sin rumbo, sin ideas, sin estrategias y sin inversión. Por Jerónimo Gurrola Grave Dirigente estatal del Movimiento Antorchista en Querétaro [email protected] @gurrolag1
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