La Secretaría de Salud del estado de Querétaro (SESA), se une el 4 de marzo a la conmemoración del Día Mundial de la Obesidad; este año con el lema “Todo el mundo necesita actuar”, el cual está convocado por la Federación Mundial de la Obesidad en colaboración con sus miembros mundiales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 39% de las personas adultas del planeta tiene sobrepeso, y que el 13% son obesas. Desde 1975, la obesidad casi se ha triplicado en todo el mundo y se espera que la obesidad infantil aumente en un 60% en la próxima década, alcanzando los 250 millones en 2030. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del año 2018 a nivel nacional, uno de cada tres niños y siete de cada 10 adultos presentan sobrepeso u obesidad.
La obesidad es un problema de salud pública, de acuerdo a la OMS se define como una acumulación anormal de grasa que puede acarrear otras enfermedades que son nocivas para el organismo. La obesidad es el primer paso para otras patologías como hipertensión arterial, diabetes tipo II, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, riesgo de padecer cáncer, apnea del sueño y problemas cardiovasculares, en todos los grupos de edad.
En la pandemia por COVID-19 se ha registrado que si la prueba es positiva para esta enfermedad, las personas que viven con obesidad tienen el doble de probabilidades de ser hospitalizadas.
La única manera de prevenir la obesidad es llevando una alimentación más sana, realizar ejercicio, promover la salud mental y tratar de equilibrar todos aquellos factores que no permitan llevar un estilo de vida saludable.
En la infancia y adolescencia inicia el incremento de peso de forma general, y se produce cuando las calorías que se consumen en las comidas y bebidas superan las calorías que se gastan en el metabolismo basal, el efecto térmico de los alimentos y la actividad física.
El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades secundarias son en gran medida prevenibles, por ello es indispensable priorizar la prevención desde edades tempranas.
La alimentación con leche materna es el mejor alimento que se puede ofrecer a la persona recién nacida, además protege su salud y la de la madre al reducir los riesgos de hipertensión arterial, infarto al miocardio, cáncer de ovario y endometrio, así como depresión posparto.
El Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM), informa que entre 30 y 60 por ciento de las personas que viven con obesidad presenta alguna condición de salud mental como depresión, ansiedad, baja autoestima o alteraciones de la conducta alimentaria.
Recomendaciones para prevenir la obesidad:
Establecer horarios de comida. Realizar tres comidas fuertes y dos colaciones a lo largo del día. Tomar agua simple y evitar refrescos y jugos embotellados. Promover el consumo de frutas y verduras todos los días, ya sea como parte de las comidas o en las colaciones. Integrar un alimento de cada grupo, en cada tiempo de comida fuerte: productos de origen animal o vegetal, cereales y verduras. No pasar más de una hora y media sentado en casa. Practicar algún deporte o actividad física en casa. Evitar el consumo de alimentos procesados como embutidos, enlatados y carbohidratos refinados. Favorecer un consumo de alimentos lo más natural posible. Consumir alimentos de temporada, sobre todo en verduras y frutas.
SESA exhorta a la población a acudir al centro de salud para que se realice una valoración médica nutricional, en donde tomarán peso, talla (estatura) y circunferencia de cintura para calcular el índice de masa corporal, de esta forma se brindará un diagnóstico para determinar si cuentas con obesidad y se invita a integrarse a las diversas actividades con las que cuentan nuestras unidades de salud.