¿Recuerdas tu última discusión? En el entendido que muchas veces confundimos discutir como sinónimo de pelea; cuando una Discusión debe de dejarnos un buen sabor de boca; ¿porque? Por una de las acepciones es: Examinar y tratar entre [varias personas] un asunto o un tema proponiendo argumentos o razonamientos para explicarlo, solucionarlo o llegar a un acuerdo acerca de él; O sea que el arte de discutir es mostrar las razones , condiciones o lo que tu sientas, pero muchas veces no sabemos cómo plantearlo, como mostrar que algo no nos gusta o que no estamos de acuerdo y ante estas situaciones algunas personas toman como herramienta, la evasiva o el insulto; lo bonito es saber con quién quieres discutir, porque el primer requisito es que debe haber respeto, lo primero es no hacer daño; preguntaba con quién has discutido últimamente?
Respuestas variadas : con mi jefa esta insoportable con el Home Office, * con mi madre no la aguanto,* con mis maestros que en línea se pusieron más exigentes, * con mi Padre por su anticuada manera de pensar,* con mi esposa que no me comprende,* con mi esposo que sigue igual,* con mi amigo que de política no sabe nada,* yo no discuto mejor me quedo callada etc., etc., etc.; el problema no es discutir , sino como discutir; si ahora recordáramos cuando fue que tuvimos una discusión tranquila, sin insultos sin agresiones, en las que pudimos abrirnos sin el temor a ser recriminados o señalados, callados, pero también a escuchar a nuestro o nuestros interlocutores podemos tener presente que esa discusión se convirtió en una verdadera “Oportunidad” es difícil pero si lo practicamos se convertirá en un hábito que nos hará disfrutar de lo que nos gusta, mantener la familia, una amistad, un trabajo e incluso hasta pertenecer a un grupo social o religioso; cuantas veces por una discusión sin sentido donde nos llena el enojo, la pasión o el sentimiento no podemos expresar lo que pensamos sin agredir?, pero también en el otro sentido por no discutir me quedo callado recibiendo los argumentos, razones o comentarios del otro lado y me quedo callado.
Tan malo es discutir todo el tiempo, como no discutir nunca; así es , somos personas sociales por naturaleza y en ellos siempre habrá una convivencia con los demás, cada uno tiene su historia, su testimonio y por ende diferente opinión o punto de vista, lo interesante es que podamos compartirla, por lo que se requiere que una persona hable y otra escuche, porque debemos entender que cada quien ve la misma situación con diferentes perspectivas, que van con experiencias, valores, principios, necesidades, expectativas y eso no es malo, lo malo es que en ocasiones queremos que los demás vean exactamente lo mismo que yo y no podrá ser así; te dejo 8 puntos que pudieran servir para tener una Discusión que se convierta en una oportunidad: 1.- Ten presente un objetivo; 2.- Escucha lo que te están diciendo; 3.- Habla desde Ti, no decir creo que Tú; 4.-No abras otro tema diferente al objetivo; 5.- Trata de usar los lentes del otro; 6.-Elije el momento adecuado; 7.- No tomes las cosas a título personal (Acuerdo Tolteca); 8.- Usar la técnica del Sándwich .
El punto 8 se refiere a que al tratar de terminar la discusión sea siempre en un cierre en el que se agradece el tiempo y la sinceridad con la que se habla; primero diciendo un aspecto positivo del ejercicio, “por darse el tiempo, por ser escuchado, por poder hablar” ; luego una crítica constructiva, “ siento que no me has tomado en cuenta, que el trabajo es primero, que los niños, las actividades…” para luego cerrar con otro comentario positivo; razón por la que me gustaría volver a dialogar, compartir, seguir trabajando. Esto dejara una atmósfera más fácil de disfrutar; porque por alguna razón estamos conviviendo con quien discutimos o queremos discutir, ten presente o recuerda porque estás ahí o deseas continuar.
Me despido con el punto No. 20 del Ideario Pentathlónico,”Respeta las sinceras opiniones ajenas, aunque difieran de las tuyas; pero tu propia conclusión no la desprecies ni las escondas.”
Discutir es bueno si se convierte en oportunidad; si no me crees, Ven y veras.
José Guadalupe Román Flores
