Estamos viviendo un momento decisivo en la educación pública de México y el mundo. El brote por Covid-19 nos tomó por sorpresa, como si de pronto el mundo se hubiese detenido, los primeros en ser evacuados fueron los alumnos de todos los niveles, la información por la pandemia llegaba por momentos a cuenta gotas, después en tropel se llenaban las redes sociales con demasiada información fatalista.
Se hablaba que en Italia una considerable parte de la población sucumbía ante este mortal virus que amenazaba acabar con la humanidad, se conminó a la gente a recluirse en sus casas, se cerraron los negocios, el comercio, toda actividad cultural y económica, así como jardines, centros comerciales y de entretenimiento. Las escuelas cerraron sus puertas, las risas de los niños, sus juegos, su presencia en las aulas, se apagó.
Han transcurrido seis largos meses en los cuales las escuelas se mantienen cerradas, y no hay una fecha precisa para regresar a ellas. Esta pandemia permitió mirar detenidamente al sistema educativo, en este punto de vista, hablaré de la educación en México, inmersa en un cambio llamado 4ª transformación. Como medida emergente para continuar con el aprendizaje de los alumnos, el gobierno federal y la Secretaria de Educación Pública se realizó la estrategia de dar clases a los alumnos con un programa llamado “Aprende en Casa”.
Con esta medida las autoridades pretendieron innovar un sistema llamado Educación a distancia, los niños verían clases por televisión, otros más afortunados por medio de plataformas digitales, lo que nadie fue capaz de mirar es que no todos los alumnos cuentan con televisión de cable, tablets, computadoras, internet y/o teléfonos inteligentes. Esto en lugar de solucionar una problemática evidenció algo que se sabe desde tiempos remotos, el sistema educativo no funciona para todos. Los Planes y Programas de Estudio están diseñados para educar a todos por igual, son estandarizados.
El sistema educativo está pensado desde el mundo de los adultos, no ha sido capaz de adentrarse en las necesidades verdaderas de los estudiantes. La educación fue creada desde la Revolución Industrial, llevar gentes a las fábricas, que pensaran menos y si pensaban no se equivocaran al desempeñar un trabajo. Lo docentes están limitados a lo que indica un currículo, diseñado para hacer que todos los estudiantes aprendan lo mismo, sin contenidos atractivos que despierten su curiosidad, que los motive y los intereses de cada alumno son distintos. Las pruebas internacionales PISA miden solo la capacidad en números de las pruebas aplicadas a los niños, sin conocer cuál es la situación real de cada uno. Korea ocupa el primer lugar en esta prueba, los estudiantes pasan gran parte del día estudiando, compitiendo por entrar a las universidades de mayor élite mundial, sin embargo, es el país con más números de estudiantes suicidas, al grado que existen aulas de shock con ataúdes como pupitres para hacerlos desistir de sus pensamientos.
México, tiene que cambiar su sistema educativo, no más educación impuesta, los Planes y Programas deben ser diseñados por verdaderos pedagogos, maestros que han pasado por las aulas, que conocen el corazón de los niños, que saben que cada uno es diferente en su manera de aprender, queremos niños felices, con ganas de aprender lo que es significativo para ellos, aulas lúdicas, con áreas de ciencia, de arte, con menos rigidez, con más sentido, para que la escuela sea para ellos una verdadera comunidad de aprendizaje.
Maestra Lorena Reséndiz Mendoza