jueves, noviembre 21, 2024

#verdadesqueacomodaneincomodandelorena Respeto y Disciplina

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Raro el título de mi escrito de hoy, redundaré en el tema de la nota de la semana pasada en que hablé del RESPETO, es innegable darnos cuenta que no se toma en cuenta esta palabra de siete letras, pero que conlleva a un análisis profundo. No estoy de acuerdo con quienes dicen que se ha perdido el respeto, no, el respeto no se ha perdido, no es un objeto que se olvida o se deja por ahí, a la deriva, simplemente, no se enseña, no se transmite, no se aplica y no se vive. Para los que nacimos en el siglo pasado, crecimos en una época muy diferente a la que viven nuestros hijos y quizá nuestros nietos, la diferencia no es solo cultural, económica, religiosa, cultural, tecnológica, educativa, moral, de costumbres y tradiciones, no teníamos unos padres que nos resolvieran la vida, tampoco existían todos los dispositivos electrónicos que hoy se tienen, que si bien han contribuido en gran parte al desarrollo humano, también ha convertido a muchos jóvenes de hoy en unos perfectos inútiles, que para ellos perder el celular equivale a perder la vida. En mis tiempos, no disponía de ningún medio para mis labores estudiantiles, me levantaba muy temprano para ir a la escuela, el uniforme era mi responsabilidad tenerlo limpio y planchado, los zapatos bien boleados, en lo que sí me apoyaba mi madre era en peinarme, con el pelo largo, hacer unas trenzas derechitas, que ningún pelo se saliera, con jugo de limón en lugar de gel, que ni se conocía se mostraba la pulcritud, no había menú para desayunar como hoy ocurre con los niños actuales, tampoco había para llevar el “nutritivo refrigerio a la escuela” galletas, gansito, yogurt, danonino y leche, juguito o refresco, no salía mi madre corriendo porque se le hacía tarde. Se desayunaba bien lo que hubiera en casa, y se comía bien al regresar después de la jornada escolar. Hacer las tareas no lo veíamos como un castigo, y solo contábamos con los libros de texto, era indispensable leer, subrayar, sacar notas, hacer resúmenes, guardar en la memoria la información, no había bibliotecas, era tener los cinco sentidos alertas para aprender, presentar trabajos impecables para sacar buenas calificaciones, y no se pensaba en siquiera sacar un seis. Cuidábamos los útiles escolares con devoción, no había la posibilidad de comprar un lápiz, una goma, un sacapuntas a diario, ni pensar en los lápices de colores, que debían de durar todo el ciclo escolar. Si el uniforme se rompía, tenía remedio, se zurcía porque podría servir para el hermano que venía detrás, lo mismo con los zapatos, y si no había buenas notas escolares, no se atrevía a pedir nuevos. Antes de pedir permiso para jugar, la tarea era el pasaporte para salir un tiempo establecido y respetado, esa palabra era devoción en cada familia, RESPETO y DISCIPLINA Hoy, en este siglo, llamado de los milenials, de los ninis, nos damos cuenta que son dos épocas distintas, hoy pareciera que todo es desechable, si algo se rompe, se tira, si no les gusta también. Los niños, no todos, no quiero generalizar asisten a la escuela desmotivados, compiten con los demás pero no en conocimientos, sino en el mejor celular, los mejores tenis, la mejor mochila, los mejores útiles escolares, desechan el alimento que llevan para la hora del recreo, a la basura va lo que la madre dispuso, llevan dinero para comprar las cosas que les gustan, no necesitan abrir un libro, todo lo que requieren saber está en internet, operaciones matemáticas las resuelven desde un dispositivo, pensar duele y es verdad, su lenguaje corporal, escrito y hablado es decadente, hoy día, los hijos son los padres de sus padres ya que éstos, están sujetos a lo que los chicos dicen, si se quiere poner mano dura con ellos, hablan de irse de la casa, y algunos se van para castigar a los papás, otros, de levantar una queja en Derechos Humanos por traumas, la disciplina para ellos pasó de largo. Lo mismo pasa con los jóvenes, viven en mundo acelerado, quieren estudiar y no lo hacen, pasan de una carrera a otra, de una escuela a otra, nada les convence, y si logran terminar una carrera profesional, no la ejercen porque no era lo que esperaban o su preparación no fue la correcta, están vinculados a la tecnología de manera total, parece que los padres con sus reglas, su forma de pensar y vivir son obsoletos, no existe respeto ni por ellos mismos, agreden su cuerpo, su mente. Es cierto, vivimos en un mundo globalizado, una gama de posibilidades se abre a los jóvenes, pero, ¿Quiénes lograrán estar a la altura de ser gente de éxito? En mi opinión y experiencia, aquellos que desde casa se apropiaron de la disciplina, del respeto, de ser organizados, puntuales, justos, equilibrados, buenos ciudadanos y eso solo se logra cuando como padres, en la casa existan valores, cuando se les ha forjado un carácter y un temple para sortear las adversidades, cuando los padres no han perdido su papel y han enseñado el camino correcto a transitar, basado en el respeto, la libertad y la disciplina. Como dijo Confucio “Educa a tus hijos con un poco de hambre y un poco de frío” darles todo, no nos hace mejores ni malos padres, lo justo para equilibrar a los ciudadanos que necesita este planeta. Maestra Lorena Resendiz

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