sábado, noviembre 23, 2024

Escuela ¿Sí?, Escuela ¡¡No! #verdadesqueacomodaneincomodandelorena

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*E*l regreso a las aulas está causando una gran controversia en los diversos sectores de la sociedad, debido al aumento de casos por contagio por el COVID-19, padres de familia están a favor, otros, se niegan rotundamente a que sus hijos regresen a las aulas. La Secretaria de Educación, maestra Delfina Gómez, el día 31 de agosto, dio como datos preliminares que en la república mexicana se reaperturaron 119, 497 escuelas; se integraron a las clases 970, 617 docentes y tomaron clases de manera presencial 11,426,026 alumnos de un total de 20,000,000 de estudiantes, así como ustedes apreciables lectores se quedaron con un gesto de sorpresa, me quedé más que sorprendida. ¿De qué fuente fidedigna obtuvieron esos datos? Lo ignoro, pero parece que quien habló en la mañanera fue Pinocho.
La flamante Secretaria de Educación dice que los alumnos regresaron muy emocionados a las clases, que los pequeños de preescolar se preguntaban si eso era una escuela. Que regresaron emocionados es creíble, que un pequeño desconozca lo que es una escuela no lo es, la mayoría de ellos tiene hermanos estudiando, han pasado por una institución, las han visto en su contexto. Lo que me parece por demás preocupante, es que la educación esté en manos de políticos, y si están empoderados en el puesto mucho más, con todo respeto a la maestra, está muy lejana de representar a los docentes del país en una Secretaría que le quedó bastante grande.
En su discurso que ni ella misma lo cree, afirma que lo que falta por hacer es un censo a las escuelas para conocer sus condiciones, le preguntaría ¿No considera que siguiendo un orden, el conocer las condiciones en las que se encuentran la mayoría de las instituciones educativas de México, era la prioridad a seguir? El Secretario de Educación Esteban Moctezuma Barragán, su antecesor tenía un poco más de claridad sobre las necesidades educativas, sin embargo, tampoco se dio a la tarea de conocer la realidad en la que se encuentran las escuelas, algunas construidas hace muchos años, construcciones en decadencia, en condiciones de verdadera pobreza, puertas oxidadas, pisos desgastados, paredes que envejecieron con el tiempo, ni las risas de los niños borran su cansancio, su tristeza, su deterioro.
Tenía que presentarse un virus que obligó a dejar las aulas, a cerrar las escuelas y mostrar una realidad que nadie se atrevía a observar y que afectó a los siguientes actores del proceso educativo
Alumnos: el dejar ese espacio en el cual interactuaban con los demás, la convivencia, los juegos, el pensar que la educación no era tan importante, a extrañar a esos docentes que consideraban en algunos momentos sus enemigos por exigirles sus trabajos, regañarlos por sus tareas, el valorar la enseñanza, la seguridad de sentirse escuchados, atendidos, queridos, importantes, hoy por hoy, los alumnos saben el valor que tiene un maestro en su vida.
Padres de familia: descubrieron que la tarea de enseñar no es nada fácil, que ese tiempo en el que sus hijos están en el aula, es un remanso en el día a día, que la figura del docente, a veces tan vilipendiada e ignorada es un factor en el proceso de enseñanza- aprendizaje de sus hijos, una figura que cobra relevancia en la formación y en el afecto de los pequeños, darse cuenta que la educación cambió y sus conocimientos se quedaron atrás, no está en el mismo nivel y lo más importante, carece de las herramientas que cada maestro desarrolla, crea y ejecuta para que sus alumnos se apropien de los aprendizajes necesarios para su crecimiento y desarrollo en el mundo actual.
Maestros: salir de las aulas permitió a muchos docentes revalorar su práctica docente, darse cuenta que tan importante es el papel que desempeñan en el aula, de qué manera conoce a sus alumnos, como los motiva, que tan significativa es su presencia en la formación de un educando, que tiempo del destinado a los aprendizajes lo utiliza de manera efectiva, que tan comprometido está con lo que hace, como se involucra con aquellos niños que requieren más atención, apoyo, empatía, qué valor le da a la institución donde trabaja, que tan importante es el sentirse parte de una escuela, cómo apoya a sus compañeros, que ha dejado de hacer por quedarse en su zona de confort, qué va a hacer cuando regrese, ¿Aprendió la lección como los padres y los alumnos?
Los únicos que no aprendieron nada son las autoridades educativas, siguen las mismas condiciones en las escuelas, el día que regresemos, lo haremos igual, nada va a cambiar, les interesa muy poco lo que se dejó de hacer en este período de abstinencia de clases, es más importante el trabajo burocrático, en medio de este caos, se nos pide formar cuatro comités de padres de familia, llenar documentos, subirlos a una plataforma, so pena de no hacerlo, cometer un desacato que merece ser reconocido como una falta administrativa, y se tiene que hacer porque así lo pide la autoridad, interesante sería formar un Comité de Salud y capacitarlo, un Comité de padres de familia y dotarlo de lo necesario para realizar los arreglos e insumos que la escuela requiere, ya que con bombos y amenazas publican que no se pidan cuotas a las escuelas, con buenas intenciones la escuela no realizará las mejoras que necesita. Por ello es necesario conocer cada escuela del país, conocer sus necesidades e invertir en su dignificación en favor de lo que dice el presidente en su 4 transformación y asentado en el artículo 3º. “brindar a los estudiantes una educación laica, gratuita, obligatoria, de calidad y de excelencia” ¿Qué esperan las autoridades para hacer cumplir este mandato?
¿Qué aprendimos como sociedad en general?: como personas, la pandemia, a muchos nos permitió conocernos, saber que somos tan vulnerables como una pompa de jabón, conocimos partes de nuestra casa que no visitábamos, hicimos una pausa a la vida de trabajo, de prisa, de diversión, de indiferencia en la cual la mayoría vivíamos, sufrimos pérdidas, dejamos de ver a gente querida y valoramos su ausencia cuando no estuvieron más, nos guardamos palabras, rencores, secretos, deseos que no dijimos a tiempo, cada uno tiene muy presente que trajo este virus a nuestra vida aparte del miedo y del encierro? Quizá muchos aprendieron que no son lo que visten, lo que tienen, lo que aparentan, nos necesitamos como humanidad, yo soy importante, tú eres importante, aquél, ése, éstos, todos los pronombres personales, la escuela es importante, la salud mental, emocional, física, pero mucho más importante es la vida, regresar a las aulas, ver a mis alumnos, caminar esos pasillos de mi escuela, convivir con mis compañeros, respirar el aire que emana de las aulas, el olor a niños, a libros, a tinta, es vivir, pero a su tiempo, sin prisa, con seguridad y en las mejores condiciones para aprender a aprender que este virus también trajo algo que muchos aún no entienden y otros, quizá nunca entenderán.
Maestra Lorena Resendiz

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