domingo, abril 28, 2024

IdeasQueAcomodaneIncomodanDeLorena Pobre de México: tan lejos de la paz y abrazado por la violencia

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Mi trabajo como docente de una escuela multigrado me apasiona, trabajar con niños y adolescentes es un aprendizaje continuo, motivante, desafiante, lleno de retos, de cambios y también de frustraciones, no todo es perfecto en el ámbito escolar. Enfrentamos barreras importantes, desde la indiferencia de las autoridades educativas cuando una docente enferma, tiene, como todo ser humano situaciones emocionales y familiares que resolver, la actitud a veces indolente de los mismos alumnos, la crítica y la exigencia de los padres ante situaciones que no conoce pero tiende a señalar con gran ferocidad, el trabajo de cualquier persona en muchas ocasiones tiene un horario de entrada y uno de salida, como docentes también lo tenemos, sin embargo llevamos a casa libretas por calificar, realizar actividades extras para aquellos alumnos que requieren apoyo, nos llevamos la preocupación sobre algunos alumnitos que están viviendo una situación extrema, buscamos materiales que al otro día nos permitan entender una Reforma Educativa que no fue planeada, razonada, que se implementó al vapor, al capricho de alguien que no conoce la realidad de las aulas mexicanas.


Este análisis que realizo en esta columna sale a la luz por situaciones que surgieron en el aula con trabajos realizados con los alumnos sobre su proyecto de vida, es decepcionante que un diez por ciento de los alumnos piensen en concluir una carrera profesional, los demás piensan ser narcos, youtubers, irse de indocumentados a Estados unidos y conseguir mucho dinero, vestir como los cantantes de moda, tener carros, armas. La violencia que se vive hoy en día, me llevó a pensar en cómo y a quién estamos educando, no quiero ni siquiera imaginar que uno de esos niños que eduqué, que pasaron por mi vida, por mis aulas, sean capaces de asesinar a alguien, de desmembrar a un ser humano, de llegar a ser unos delincuentes y sean encarcelados y lo más terrible, asesinados por otros de sus amigos o compañeros.


Es preocupante lo que está pasando en este país que amo, que es mi patria, mi nación, mi herencia, indignante como el territorio está inmerso en secuestros, desapariciones, ajustes de cuentas, asesinatos, indigna saber que aparecieron restos de seres humanos en determinados lugares, personas quemadas, fosas clandestinas llenas de cuerpos que alguna vez fueron parte de la sociedad, que dejaron a sus padres, a sus familias, a sus hijos, a sus esposas, que nadie reconoce, que se vuelven un número más, que las morgues están llenas de cadáveres y que después terminarán, si bien les va, en una fosa común, sin nombre, sin rostro, sin identidad.


México tiene todo para ser un país de primera, su clima, su tierra, sus bosques y selvas, sus pueblos, sus valles, sus grandes metrópolis, su gente y la historia que nos precede, pero hoy estamos a merced de redes criminales que están superando a la ley, a la justicia, a la razón, nos arrebataron la paz, extorsionan, matan, arrebatan intimidad, asesinan con gran impunidad, como si en lugar de seres humanos fueran seres de otro mundo, porque humanos no les llamaría, ¿Animales? Sería ofender a estos seres que con nosotros comparten este territorio. Tenemos un Ejército Nacional que parece oculto, con miedo, una cacareada Guardia Nacional que no tiene idea para qué sirve o cuáles son sus funciones, quizá vivan en un mundo irreal.


Los asaltos a mano armada en la carretera, los videos golpeando a seres indefensos que solo tratan de cumplir con su trabajo, mujeres y hombres violentados, mujeres organizadas en colectivos buscando a sus seres desaparecidos, encontrando cuerpos que muchas veces no son de aquellos a quienes buscan y qué hacen las autoridades a quienes se les está pagando un salario para hacer su trabajo, bosques saqueados, árboles y más árboles derribados para construir un tren por capricho de un hombre que parece un niño jugando a realizar todo lo que su imaginación deteriorada cree que se puede hacer. Creí que mi país tendría un cambio positivo, que después de tantos años del gobierno de un partido en el poder que también arrasó con la economía, la seguridad, la estabilidad, se vería otro horizonte para México y su gente y resulta que no, estamos muy mal, un gran fracaso construir un flamante aeropuerto que no le sirve a nadie, un tren maya que ha arrasado con una selva viva, con la contaminación de cenotes, mantos acuíferos y flora y fauna, hospitales sin médicos, sin medicina, sin nada que hacer por la salud de niños, adultos, gente de edad adulta que muere día a día porque las promesas fueron solo eso, promesas.

¿Dónde está el cambio? En una mañanera que parece un circo, con alguien qué, como payaso, se pasó con sus declaraciones, con un gobierno que reparte dinero a la gente necesitada para tenerla contenta, porque seguro son los más feroces defensores sin darse cuenta del costo de todas estas acciones. Soy respetuosa de mis autoridades, pero con todo respeto para la figura presidencial, si recibió un país roto, cuando termine su reinado, México estará hecho cenizas, si no lo acaba el crimen organizado, lo acabará alguien, quien a toda costa quiso ser quien gobernará un país que no merecía darle esa responsabilidad.
Escribe: Lorena Reséndiz Mendoza

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