Soy nacida en otro siglo, de viejas costumbres y enraizados hábitos, sigo creyendo en Dios y conservo mis tradiciones. Pasé de una era a otra y me asombra ver los colores de un atardecer y los adelantos en los teléfonos, el llanto de un recién nacido y los muñecos de látex que parecen más humanos, sería muy difícil distinguir en un cunero un niño real y uno de mentira, entre más vivo, más veo, no quiero que mi memoria se pierda entre los adelantos de la tecnología, que me acostumbre a sustituir mis recuerdos y me vuelva una máquina.
Hasta hace unos años, hablar de inteligencia artificial era parte de las películas, se veía como la imaginación de los guionistas y nos asombraba pensar que un robot podría convertirse en un super héroe, que las máquinas que volaban a grandes velocidades y con diseños inimaginables pudieran estar presentes en la realidad, hoy me aterra saber que la inteligencia artificial sea la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano, sistemas que intentan emular el pensamiento lógico racional de los seres humanos. Este tipo de inteligencia está presente ya en diversos dispositivos que están al alcance de una gran mayoría de personas, como los asistentes virtuales y hasta una aplicación virtual en Facebook que puede emitir diagnósticos médicos, todo esto con la leyenda de hacer más fácil la vida de las personas.
Sin embargo, pienso que la inteligencia artificial está más presente que nunca en esta época que estamos viviendo y no me refiero a la inteligencia artificial creada en los grandes laboratorios y empresas, me refiero a esa inteligencia artificial que está dañando la vida de todos, una “inteligencia” que muchos creen tener y resulta ser tan artificial como un billete de trecientos pesos. Basta encender la pantalla de televisión para ver programas denigrantes en los cuales los realitys muestran la decadencia de hombres y mujeres que exhiben su falta de cultura, de respeto, de calidad de personas en pos de obtener un premio, escuchar hablar a una persona que habla de ser una chica transexual y narra sin omitir nada, de todo lo que hizo antes de ser famosa por una frase que se hizo viral, “artistas”, deportistas que se prestan a ser ridiculizados por estar presentes y lo más increíble ponerlos a votación y que existan seguidores capaces de armar una guerra de dimes y diretes por defender a su payasito en turno, quiero aclarar, respeto las ideologías de todas las personas, a todas las comunidades habidas y por haber, las preferencias sexuales de cada quién, de igual manera entrar a las redes sociales como Facebook, Tiktok y todas las existentes, es entrar a un mundo terrorífico, va más allá de la consciencia, se juega con imágenes, con la mente, con la integridad, y sobre todo, que todo esto está en las manos de los niños, agrediendo su vulnerabilidad, haciéndoles creer que todo lo que se ve y se oye ahí está de moda, es lo real, es la vida misma, nadie tiene control sobre ese tipo de contenido que los niños y adolescentes están percibiendo y que muchos de ellos tratan de emular.
La misma escuela está perdiendo su carácter formativo, ahora está en peligro de pasar de una institución formativa, a una escuela de carácter consecuente, en el cuál los alumnos y los padres pueden decidir como deben asistir los niños, una escuela liberal en la cual es más importante lo que quieren los alumnos que su aprendizaje, para respetar sus derechos, para no traumarlos, para que decidan que futuro quieren para ellos. Esa es la inteligencia artificial con la que estamos viviendo, artificial porque no tiene elementos para trascender y evolucionar y formar mejores ciudadanos, ciudadanos del porvenir.
Retomando la Inteligencia Artificial, esa que está creando máquinas capaces de emular y superar lo que el ser humano desde su aparición en la tierra ha forjado, formado, creado con la mente, las manos y el trabajo, esa inteligencia que será capaz, quizá en un futuro no muy lejano, prescindir de la mujer para formar un ser en su vientre y fabricar humanos en un laboratorio, sin embargo, alardear de está, tan sonada inteligencia artificial me parece que no está cumpliendo con la humanidad ya que está encaminada a crear máquinas, adelantos y a pesar de ello, no existen los dispositivos que curen enfermedades, sigue muriendo gente por no tener un riñón, un corazón, una vacuna, medicamento que cure el cáncer que tanto daño causa a niños, jóvenes, adultos, hambre, pobreza, alimentos, hospitales carentes de tecnología, países en una pobreza extrema, no hay inteligencia artificial que encuentre la fórmula de producir agua, de hacer que los ríos no sean un recuerdo, que llueva, que un temblor de tierra no destruya ciudades, que las armas sigan siendo más importantes que la paz. Sigo pensando que la inteligencia artificial está siendo creada para acabar con la humanidad y no para preservar la vida
Escribe: Lorena Reséndiz
