Quiero agradecerles a todos ustedes por acompañarnos en este día tan importante en el que se le hace un gran homenaje a mi abuelo Felipe Cabello Leyva con la estación que desde hoy llevará su nombre, fue un hombre visionario, fundador del Primer cuerpo de bomberos de esta ciudad, y de esto que les cuento, han transcurrido tan solo 55 años, y no hubiera sido posible si no fuera por un gran equipo que le rodeaba, ellos sin recurso, sin entrenamiento adecuado, sin protección, sin paga, con sus propios vehículos, valiéndose de cubetas, tambos o lo que tuvieran a la mano, así que este no es solo una estación de bomberos, sino es una parte de nuestra historia, y más que un reconocimiento a mi abuelo, es un reconocimiento para todos ustedes que fueron y que son parte de esta gran familia.
La historia comenzó en 1968, cuando don Felipe Cabello Leyva le propone a don Francisco Martinez que se una al cuerpo de bomberos que él estaba creando, a lo que acepta, esto sucedió mientras estaban pescando en el río San Juan frente al barreno, según memorias de don Panchito, quien fuera dueño de la cantina La Castellana y secretario de la mesa directiva, así comenzaron las invitaciones, luego fue a Lorenzo Hernandez que se convertiría en el tesorero, puesto que posteriormente ocuparía José Olvera quien vendía zapatos en el mercado reforma, Lorenoz fue ayudante en la botica de Candido Perez, enseguida a Jesús Hernández, dueño de la tienda La Mexicana, que ocuparía el puesto de segundo comandante, y como vocales Juan Aguilar Solano y Guillermo Nuñez “El avispa”, uno de los mejores boxeadores locales, y mi abuelo que sería el primer presidente de la mesa directiva y primer comandante de bomberos. Pero ellos necesitaban un equipo en quien apoyarse, y encontraron una excelente respuesta desde la refaccionaria cabello y la tienda la mexicana, ellos son Alfonso Figueroa, Rafael Zamorano, Víctor Manuel Rocha, Jorge Sánchez, Edilberto Montenegro, Enrique Zúñiga, Guillermo Osornio, Luis Alberto Galeana, Fidel Martínez, Héctor Callejas, Juan Manuel Ocampo Olvera, Salvador Figueroa, Guillermo Garduño, David Pérez Valencia, Alejandro y Víctor Rojas, y Guillermo Elizarraraz.
Y claro que también hubo participación femenina para organizar eventos y recaudar fondos para el recién cuerpo de bomberos, este comité de damas voluntarias estaba compuesto por María Oropeza como presidenta, María del Pilar Muñoz como secretaria, Violeta González la tesorera, Pueblito Reséndiz y Rosa María Ortiz como vocales.
Pero también hare una mención a integrantes del cuerpo de bomberos que estuvieron en el anteproyecto de 1968 que creo mi abuelo, y ellos son Ricardo Duran, Manuel M. Barcena y Arturo Loyola, así como a los que llegaron a mediados o finales de 1969 y son Morales León, Luis Tejeida, Roberto Cervantes, Uribe Camacho juan.
Pero también no quiero dejar de mencionar a un gran hombre que apoyo siempre a bomberos, me refiero al entonces presidente municipal Raúl Olvera Arostegui, gran ser humano, que presencio la fundación de este cuerpo de bomberos.
Y ya casi para concluir quiero también agradecer la enorme labor de nuestro presidente municipal Roberto Cabrera Valencia que desde hace varios años ha estado apoyando a “Prevención y Ayuda” y por lo tanto a San Juan del Río, que siempre busca la manera de hacerlo, y que no ha quitado el dedo del renglón y para muestra esta estación. Y también agradezco a la Lic. Tanía Ruíz, presidenta del consejo de Prevención y Ayuda A.C. por esta grata sorpresa que le dan a mi familia y por confiar en esta labor de investigación que he venido realizando desde hace algunos años acerca de la historia de bombero.
Hoy quiero en nombre de mi abuelo darles las gracias a todos ustedes por tan maravillosa idea, por haber confiado, por su enorme valentía, porque no cualquiera está dispuesto arriesgar incluso su vida por salvar a otros. Mi más sincero reconocimiento a el, a los que lo acompañaron, a los que estuvieron en las siguientes generaciones ya los nuevos integrantes, por qué más que un oficio es una labor social que merece nuestro respeto y admiración.
Escribe: Felipe Cabello/Maricela Olvera Ledesma