jueves, noviembre 21, 2024

¿Y sí te llevas tu basura? ¿Te animas o te vale?    IdeasqueAcomodaneIncomodandeLorena

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Esta ocasión quiero iniciar mi escrito de cada semana con una breve reflexión:

“De todos los animales de la creación el ser humano es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir” (John Steinbeck)

¿Por qué estas palabras? Para quién es observador se habrá dado cuenta que aquello que está al alcance de todos no se valora. Para empezar hablaré del sistema de transporte público: nos quejamos de lo malo que están las unidades, pero basta con subir a un colectivo que circule en la ciudad y lo primero que se observa es el daño que presentan los asientos; rasgados, sucios, rayados, pero no siempre estuvieron así, el estado que ahora presentan es gracias al “público” que aborda estas unidades, la falta de cultura, empatía, respeto, orden, salta a la vista, los usuarios que suben con alimentos de cualquier índole confunden el transporte con el camión de la basura, dejan envases de plástico, restos de comida, envolturas y demás, no sin faltar los jóvenes estudiantes que sacan el plumón y rayan las ventanas escribiendo y dibujando sin el menor reparo, si se dan cuenta que son observados, se motivan a realizar más y más destrozos. El mismo conductor, a sabiendas que no es suyo el camión unidad de transporte que conduce, se pasa a velocidad inmoderada los topes, juega carreras con otros, y el lenguaje que utiliza para comunicarse con sus colegas es de taparse los oídos.

También podemos darnos cuenta de los parques públicos, llenos de basura, grafitis, jardines que son contenedores de excremento de perritos que los dueños sacan a pasear, ¿Por qué si el perrito es suyo, el excremento es de todos? Los animalitos no tienen la culpa, quien lo saca a pasear como derecho de los animales al esparcimiento tiene la responsabilidad de llevar una bolsa y recoger las heces, es la educación. También vemos árboles heridos en su tronco con iniciales, marcas de enamorados, destrozados, lo mismo las plantas, las bancas, los lugares que son espacios para pasar un momento de descanso, de admirar un atardecer, basura y más basura, por más que las personas que se encargan de limpiar las calles, no es posible levantar la cantidad de basura que en cuestión de minutos la gente desecha.

Sitios públicos como monumentos, fachadas, casas, templos y edificios son blanco de los irrespetuosos que van por la vida “expresándose” llenando de pinturas todo lo que se les pone enfrente, no sé si la única neurona que tienen les funciona, y digo esto y no escribo “con todo respeto” porque las pinturas que compran para hacer sus pintas no son baratas, bien podrían emplear el costo de las latas para instruirse, porque no son obras de arte lo que pintan, son letras y dibujos que reflejan la falta de cultura, no son arte, es daño al patrimonio ajeno.

Por las mañanas, las personas sacamos la basura para que el camión la recoja, pero mucha gente, no separa la basura, no cierra bien la bolsa y los animalitos de la calle buscando comida las destrozan y resulta que los desechos del vecino que está a varias casas de distancia han llegado a mi casa, y a veces es muy desagradable lo que se encuentra regado y que sigue rodando porque el inconsciente que no es responsable de lo que tira ni se inmuta cuando al salir ve el basurero que tiene y que compartió con los demás. Creemos que los servicios públicos son desechables, no cuidamos el entorno, no entiendo ese afán de destruir lo que no nos pertenece.

En cambio, los espacios privados se mantienen fuera de los que se ocultan para dañar, ¿Por qué? Por la sencilla razón que, por ejemplo, un fraccionamiento que tiene la fortuna de contar con un sistema de vigilancia o un guardia no es fácil que entren a pintarrajear los jardines, las casas, las bardas, no aplica para todos, algunos también son ya blanco de estos pintores de brocha gorda que se sienten Picasso o Rivera. Como parte de este entorno me molesta mirar a mi alrededor y ver que los espacios públicos están contaminados de la barbarie de quien no sabe el esfuerzo que hacen las personas por tener una casa limpia, no ven el esfuerzo de las personas del servicio de limpia por tratar de tener calles y parques limpios. La basura podría catalogarse como contaminación visual, por donde se mire es lo que salta a la vista.

Que bella tradición se ha perdido, esa que hacían nuestras madres y abuelas, salir a barrer muy temprano la calle, enfrente de su casa, recoger la basura, regar con una cubeta de agua la banqueta, no lavarla a manguerazos y arrojar la basura la vecino, si todos pensáramos que este planeta está muriendo por las acciones del ser humano buscaríamos la manera de volver a ser más humanos y cuidar nuestro contexto, pequeñas cosas día a día, como levantar una basura que se cruce en mi camino y no rodearla, pasarle encima, patearla donde no me estorbe, trabajar como equipos para vivir en sociedad como seres pensantes, civilizados y respetuosos habrá de rendir frutos, no más basura, no más espacios públicos vandalizados. A ti, si vas por la vida destruyendo lo que no es tuyo, piensa que, si eres joven, ¿Qué mundo dejarás a tu descendencia? Seguro que merece algo mejor de lo que te tocó a ti.

Por un mundo sin basura, por seres vivos que respeten su entorno, hagamos posible fraternidad y respeto.

Escribe: Lorena Reséndiz

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