jueves, noviembre 21, 2024

¿Le preocupa la educación a AMLO?

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No creo que haya quién en su sano juicio dude de la urgencia de que los estudiantes regresen a las clases presenciales. La última prueba PISA realizada en 2018 arrojó que los países asiáticos de Singapur, China y Macao una vez más obtuvieron los puntajes más altos en lectura, matemáticas y ciencia, respectivamente. El 85 % de los estudiantes de estos países lograron obtener un nivel 2 o superior en lectura, identificaron la idea principal en un texto de largo y uno de cada seis alumnos obtuvo un nivel 6 en matemáticas, el más complejo.
Y los países, Estonia, Finlandia, Canadá, Irlanda y Polonia, también lograron buenos puntajes en lectura y el 78 % de los estudiantes resultaron eficientes en un nivel básico o mayor de ciencia, porcentaje equiparable al obtenido en lectura y matemáticas, con 77 % y 76 % respectivamente, mientras que de los estudiantes mexicanos que participaron en esta prueba, sólo el 1% obtuvo un desempeño sobresaliente en lectura, matemáticas y ciencia.
Además, datos aportados por el Coneval revelan que durante los dos primeros años del gobierno de AMLO creció el rezago educativo, pasando del 19% al 19.2% a pesar de que en años anteriores la tendencia era a la baja, significando que para 2020 unos 872 mil mexicanos se sumaron a los 23.5 millones de personas de entre 3 a 21 años que no asistían a la escuela y no contaban con educación obligatoria en 2018. Carlos González Seemann, investigador de “Mexicanos Primero” sobre asuntos educativos, explicó que el mayor porcentaje de aumento fue en el grupo de 16 a 21 años que no asiste a la escuela, pasando de 3.7 a 4.1 millones, mientras el grupo de 3 a 15 pasó 2.6 a 2.8 millones.
En 2020 las entidades con menor porcentaje de rezago educativo fueron: la Ciudad de México (9.5%), E. de México (14.1%) y Coahuila (14.3%), y en 18 estados se incrementó la población con rezago educativo, ocupando los últimos lugares Chiapas, Oaxaca y Michoacán, con niveles de 32.5%, 29.6% y 29.4%, respectivamente. Ante esta tragedia, repito; ¿quién puede oponerse a que los estudiantes regresen a las aulas como insiste López Obrador? No es la necesidad sino la necedad lo se discute; por qué el gobierno, pretende hacerlo en los momentos de mayor repunte de la variante Delta que ataca más a los niños y adolescentes sin el apoyo siquiera un amuleto o estampita para evitar los contagios y la muerte, responsabilizando a sus padres a través de un documento.
¿Por qué con la misma habilidad con que el presidente miente y maniobra políticamente no propone medidas efectivas para que los estudiantes y mexicanos en general corramos el menor riesgo de muerte? La educación de los niños y jóvenes es lo que menos le importa, y su tronante declaración de que habrá clases presenciales “llueva, truene o relamaguee” no es más que una nueva frase efectista para llamar la atención y generar reacción y polémica como es su especialidad, entre sus ingenuos seguidores y quienes proponen un regreso seguro a clases.
A finales de junio, Consulta Mitofsky preguntó a los mexicanos vía telefónica: “¿Ya debemos regresar a clases presenciales en escuelas primarias y secundarias considerando el avance de la vacunación y que los maestros ya están vacunados o debemos esperar en agosto o septiembre?” 60.1% respondió que “debemos esperar otros meses”. Una encuesta telefónica realizada en la CDMX por el diario El Financiero en julio, indicó que el 63% de las personas no está de acuerdo con el regreso a clases presenciales; en agosto, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, alertó al mundo una “catástrofe generacional” debido al cierre de escuelas y pidió que los países reanudaran las clases en cuanto la transmisión esté controlada (que nunca ha sucedido en México), y la OMS advirtió que hacerlo “sólo empeoraría la situación”.

En un sondeo realizado en agosto vía twitter, por El Heraldo de México a sus seguidores si están de acuerdo con el regreso a clases presenciales 39.5% respondió que no, que es un riesgo” y 38.7% dijo que “es una necedad de AMLO”. Por sus insolencias los mexicanos ya dejaron de creerle.
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@jgurrolag1

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